3 técnicas breves de cinco minutos para cambiar tu vida
1. Cerrar los ojos
La información visual representa un gran consumo de energía a nivel cerebral, por lo que cuando cerramos los ojos esa energía no se consume y el cerebro descansa. Al cerrar los ojos comenzaremos a conectar con nuestros pensamientos y al principio podemos pensar que nuestra mente es un lugar caótico. Veremos hasta qué punto nuestra mente está alterada, pero a medida que llevemos a cabo esta práctica comenzaremos a conectar con ideas innovadoras que nos ayudarán a resolver problemas de una forma más eficaz.
La mejor forma de llevar a cabo esta técnica es creando un ambiente tranquilo y adoptar una posición que no sea la horizontal. Es decir, lo ideal es estar sentado en una silla o con las piernas cruzadas, pero no tumbados. El hecho de tumbarnos puede inducirnos a al sueño y, de esta forma, perdemos el objetivo de la técnica. Así pues, una vez que hayamos cerrado los ojos, el siguiente paso será observar todos los pensamientos que aparezcan. Un aspecto importante es no juzgar ninguno de ellos, ni para bien, ni para mal, ya que de esta forma estamos condicionando su aparición.
2. Respirar
Algo tan simple como respirar y tan necesario para vivir será importante para aumentar nuestros niveles de bienestar. Porque una cosa es respirar y la otra saber respirar para sacarle el mayor provecho. Cuando aprendemos a respirar correctamente comenzamos a experimentar beneficios. A nivel mental, podemos ver como mejora nuestra capacidad para tomar decisiones y nuestra planificación. Pero, ¿cómo puede la respiración ayudarnos?
Con el estrés del día a día, se apodera de nosotros el sistema nervioso simpático (SNS). El SNS se encarga de activarnos y prepararnos para la acción, por lo que no permite que nos relajemos y surja la inspiración. A través de la respiración abdominal desactivaremos el SNS y activaremos el sistema nervioso parasimpático (SNP), encargado de la relajación física y mental. De esta forma, al relajar el SNS y activar el SNP alcanzaremos un estado de mayor calma mental que nos llevará a una mayor claridad y creatividad.
A mucha gente le cuesta llevar a cabo la respiración abdominal. Es importante destacar que la respiración torácica (con el pecho) es la que predomina cuando nos ponemos más nerviosos, por esta razón, es importante practicar la abdominal. Así pues, sentados o tumbados (esta vez sí), pondremos una mano en el pecho y otra en el abdomen y respiraremos tratando de llenar solo el abdomen. Si nos sale este tipo de respiración, perfecto. Si no nos sale, evitaremos desesperarnos ya que es cuestión de práctica. Lo habremos conseguido cuando al respirar solo suba la mano del abdomen. Un dato importante es que al exhalar el aire, tardemos al menos el doble de tiempo que al inhalarlo.
3. Soñar con los ojos abiertos
Soñar con los ojos abiertos o lo que todos conocemos como soñar despiertos puede tener un beneficio importante: aumentar la creatividad. Seguro que más de uno hemos tenido una buena idea mientras mirábamos por la ventanilla del coche o del autobús y soñábamos despiertos. Cuando soñamos despiertos, en muchas ocasiones, la información confusa que tenemos en la mente adquiere claridad. ¿Por qué? Sencillamente porque la estamos dejando fluir. Cuando intervenimos en el pensamiento podemos interrumpirlo con nuestros juicios de valor pero cuando no intervenimos, los pensamientos fluyen. Imaginemos que los juicios son piedras en mitad del río, si quitamos las piedras, el agua fluye mucho más libre.
Se trata de una técnica que requiere algo de práctica, ya que podemos quedarnos demasiado ensimismados en nosotros mismos e irnos por las nubles. Lo ideal es ser capaz de entrar y salir de forma voluntaria de este estado. Una forma de ponerlo en práctica es observando algo que nos relaje. En las prácticas de meditación budista un objeto que suele usarse para enfocar la atención es el dibujo de una flor azul por sus propiedades relajantes. Una vez que enfoquemos la atención en el objeto elegido, permitiremos que la mente comience a divagar. Una buena idea, es tener cerca lápiz y papel para apuntar cualquier buena idea que se nos venga a la cabeza.
Conclusión sobre estas 3 técnicas breves
Las 3 técnicas breves para aumentar nuestro bienestar y fomentar nuestra creatividad y productividad tan solo requieren de cinco minutos al día para llevarlas a cabo. Obviamente, si las realizamos más veces y durante más rato, mayor beneficio. Sin embargo, lo que sí es importante es llevarlas a la práctica. Se trata de una práctica constante, vale más cinco minutos al día que media hora un día a la semana. La constancia es lo que consigue que nuestra mente se vuelva clara y fluya. ¡Adelante!