Apegos: ¿Qué son? ¿Cómo identificar cuando un apego no es sano?
El tema de los apegos ha sido estudiado por algunos autores, quienes se han dedicado a analizar cómo funcionan, en qué grado empiezan a ser negativos, y cómo muchas veces se convierten en la causa de mayor sufrimiento en las personas.
Para John Bolwby, psicoanalista inglés, creador de la teoría del apego, éste es una forma de conceptualizar la tendencia de los seres humanos a crear fuertes lazos afectivos con determinadas personas en particular. Por su parte, Walter Riso, doctor en psicología, define el apego como vinculación obsesiva hacia una persona, un objeto o una idea. Obsesiva en el sentido que se hace permanente, insistente y que está sustentada en tres creencias fundamentales, una creencia que tiene que ver con que esa vinculación te va a hacer feliz, únicamente, que te va a dar seguridad total, lo cual es imposible y que le va a dar sentido a su vida y sentirte autorrealizado.
Se puede evidenciar que desde el concepto de Bolwby los apegos son sanos. Son relaciones afectivas que se establecen con las personas o cosas que nos rodean, ya sea nuestros padres, hermanos, familiares, mascotas, algún artículo de gran valor emocional, entre otros. Y es que los apegos no son malos, de hecho, son necesarios, siempre y cuando sean sanos, además, son la base de un desarrollo psicológico saludable, el cual influye en la forma de relacionarnos con los demás. Las personas necesitamos vínculos de apego para crecer, tener una autoestima equilibrada y saludable.
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Características del apego malsano
Walter Risso define el apego, desde el punto de vista negativo, cuando ya se vuelve malsano. Y es que este autor, quien ha escrito diversos libros acerca de este tema, describe unas características del apego mal sano como lo son:
- Cuando tienes una vinculación obsesiva, no estás preparado para la pérdida, no aceptas el desprendimiento.
Tienes incapacidad para renunciar a ello cuando debe hacerse, afecta tu calidad de vida, tu conducta se ve alterada por cualquier razón.
- Solo a través de ese objeto sientes seguridad, consuelo y protección. Cuando estás en una relación en la que sientes que, si no está tu pareja, no tienes norte, te sientes desamparado, y evidencias cómo eso te roba bienestar y además te resta energía. Es entonces cuando aparecen frases como “me siento inseguro/a sin ti” “no puedo ser feliz sin ti”, “solo a tu lado me siento protegido/a.
- Tu vida gira en torno a ello, y el solo hecho de imaginar perderla, sientes que todo carece de sentido.
La persona está convencida que, sin esa relación, le será imposible ser feliz, alcanzar metas vitales o tener una vida normal y satisfactoria. Cuanto tienes un vínculo de este tipo, no estás preparado para la pérdida y no aceptas el desprendimiento.
¿Cómo saber cuándo un apego mal sano entra en tu vida?
- Aprender cuándo un deseo es insaciable: La necesidad de estar en la relación no se satisface por completo, no tiene límites, se siente una constante necesidad de estar cerca de la persona amada o que demuestre amor la mayor parte del tiempo. Por ejemplo: constantemente necesitas que te digan que te aman, te llamen la mayor parte del tiempo, te halaguen porque entonces si no lo hacen sientes que ya no te valoran igual, deseas que te lleven a todos lados, e incluso que te prioricen antes que a sus necesidades.
- No hay autocontrol: Una persona sabe que está apegada cuando no es capaz de autorregular su propia conducta, ponerle un freno. Es decir, ser una persona que conciba que ella misma es quién maneja su vida, y que puede dirigirse de acuerdo a sus intereses propios, no priorizando a otros. Además, no es capaz de decir no, se vuelve pasiva, solo acatando normas, aunque vayan en contra de sus principios.
- Malestar cuando no está el objeto de apego: Hay una desorganización, ansiedad, desasosiego, reacción muy similar a una persona adicta a una droga, cuando se le retira la misma. Refleja una incapacidad de control del deseo de estar con la persona amada.
Esto es tan dañino porque se emplea mucho tiempo mental y físico en mantenerse cerca de la persona, saber qué hace, qué no ha hecho, dónde está, con quién, lo cual absorbe y hace que se viva con menos bienestar.
- Hipervigilancia: Constantemente se está atento a cada movimiento de la persona amada, sus mensajes, llamadas, se quiere tener el control, todo esto por el miedo a perder la fuente de placer y seguridad (temor al abandono, engaño, soledad).
- Te hace cambiar tus prioridades: Te aleja de tu familia, de tus amigos, dejas de estudiar para estar con ésta persona. Se presenta, además, una reducción de tus actividades personales, laborales, recreativas, se puede dar el caso que haya un abandono de éstas por mantenerte al lado del objeto de apego o no las disfrutas si no estás con él o ella.
Walter Risso afirma: “El apego corrompe, eso lo dice cualquier psicólogo que haya estudiado este campo. Para mí, es el principal motivo de sufrimiento en la historia de la humanidad. Si el apego corrompe, pierdes tu dignidad, tu respeto, tus valores más esenciales. También pierdes libertad, y no puedes decidir cómo te vas a mover. Pierdes tranquilidad porque una de las características del apego es el miedo a perder aquello que deseas. Finalmente, pierdes también la alegría. Tu mente está tan metida en invertir recursos que pierde la posibilidad de disfrutar la vida con muchas otras cosas, te absorbe.”
Causas de los apegos no sanos
Entre las causas de desarrollar apegos malsanos, se han encontrado:
- Baja autoestima: Las personas poseen un autoconcepto negativo, uno autoconocimiento pobre. Generalmente se consideran inferior a su pareja, ya sea en cualidades físicas, o por menor rango social, habilidades en la vida. Por esta razón siente que necesita de esa fuente de seguridad que le proporcione también protección y amor.
- Carencias en asertividad: Por lo cual buscan relaciones de pareja con poco criterio. Además, desarrollan un estilo de conducta pasivo, o en algunos casos pasivo-agresivo, sometiéndose a la voluntad de la persona amada, solo por no perderla. No saben expresar adecuadamente tus pensamientos, sentimientos, opiniones, y tampoco las hacen respetar.
- Inseguridades: Por lo cual se presenta una constante hipervigilancia y necesidad de constante confirmación de amor. De hecho, presentan muchas veces temor a la soledad, y ésta es la causa de no querer que la relación se acabe, necesidad de compañía.
- Inmadurez emocional: La persona tiene una ingenuidad emociona que es descrita como una ilusión errónea de permanencia. Piensa que todo es estático, y su mente no está preparada para la pérdida.
- Relaciones tempranas: Bolwby propuso la teoría de los apegos en la que se sostiene que los vínculos establecidos de niños con sus cuidadores influirán en las relaciones que se establecerán en la adultez. Serán sanos, satisfactorios, gratificantes o, por el contrario, cargados de malestar.
Si los cuidadores respondieron adecuadamente a las señales emocionales del niño, éste sentía que éstos no iban a fallarle, se sentía, protegido, aceptado, valorado, muestran un patrón saludable en las conductas de apego futuras.
Pero si de niño no confiaba en sus cuidadores y constantemente se sentía inseguro de si sus demandas serían respondidas, ansiosos, con miedo exagerado a las separaciones, influiría en conductas de apego malsano en la adultez.
Cómo establecer vínculos sanos
- Poner límites: Respetarse a uno mismo y hacerse respetar por lo demás. Hay que saber decir no y también aceptar las negativas. Dejar en claro lo que no agrada y la otra persona lo debe respetar. Esto implica no hacer todo lo que deseen otros si no se está de acuerdo, ni pretender que otros realicen cosas con las que tampoco se encuentra cómodos. Evitar negar lo que sientes y lo que te gusta tratando de convencerte de que lo que hace tu pareja es adecuado.
- Fortalecer la autoestima: Es muy importante puesto que, al tener un amor propio equilibrado, siendo consiente de tus cualidades, virtudes, y que no necesitas el afecto de otra persona para tener valía, evitarás considerar el ser amado/a como una necesidad, y buscar la seguridad en otros.
- Identificar y atacar pensamientos negativos: Todos esos pensamientos autoderrotistas y que evidencian falta de autoestima ponerlos en confrontación. Por ejemplo, “no soy capaz de enfrentar la vida sin él/ ella”, ¿realmente no puedes? ¿Cuáles son las evidencias a favor? ¿cuáles son las evidencias en contra? Se pueden realizar autoafirmaciones, “sí es posible vivir sin él o ella”, solo es intentarlo una y otra vez, y te darás cuenta que sí puedes, incluso se experimentará sensación de libertad y de independencia.
- Terapia psicológica: Cuando se identifica que se está teniendo un apego malsano, y que se ha tratado de liberarse de esa relación que hace que las energías y el bienestar propio se pierda, junto con la dignidad, lo mejor es ponerse en manos de un profesional para que en el proceso se cuenten con las herramientas necesarias para lograr tu independencia emocional, autocontrol, amor propio y ser libre de relaciones malsanas que mantienen prisioneras a muchas personas.
Si consideras que algo o alguien en tu vida es indispensable para tu felicidad, tienes un grave problema porque estás a la sombra de tu amo Walter Riso.
Cambia “te necesito” por “te prefiero”.