Cómo afrontar decisiones complicadas, la regla del 10-10-10

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Afrontar decisiones complicadas no siempre es fácil, pero con el método 10-10-10, puede ser un poco más sencillo. Todos los días nos vemos sometidos a constante información y situaciones en las que tenemos que decidir. Incluso, si optásemos por no decidir, también estaríamos asumiendo una posición que implica una decisión.

Es por ello que la toma de decisiones supone un proceso de aprendizaje natural o estructurado mediante el cual escogemos entre dos o más alternativas para resolver un conflicto o situación. Esto se da en diferentes ámbitos, bien sea en la vida personal, en las pequeñas empresas o en las grandes organizaciones. Siempre se debe decidir por algo.

Afrontar decisiones complicadas

Al tomar una decisión debemos hacer uso de nuestro razonamiento, pues cada decisión trae consigo consecuencias que pueden ser positivas o negativas.

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Las decisiones llevan de forma implícita un riesgo y es por eso que muchas personas se quedan paralizadas, huyen o prefieren esconderse, antes que tomar una decisión.

Cada vez que decidimos estamos asumiendo un compromiso con los resultados que queremos alcanzar, mientras que, al no decidir, podríamos dar la imagen de que no estamos interesados en que las cosas ocurran.

Afrontar decisiones complicadas implica reconocer nuestros modelos o patrones mentales para formar un análisis. Por lo general, cuando se desea alcanzar el éxito, las personas deciden, pero cuando temen al fracaso, prefieren dar dos pasos hacia atrás.

Siempre se recomienda no tomar decisiones de manera inmediata o impulsiva, aunque muchas personas así lo hagan. Esto se recomienda porque la fuerza de las emociones nos puede llevar a tomar una decisión de la que luego podamos arrepentirnos.

A la hora de afrontar una decisión complicada nos encontramos ante un dilema y solemos reflexionar sobre las repercusiones que se tendrán, tanto a corto como a largo plazo.

La fórmula del 10-10-10

La fórmula del 10-10-10 fue aportada hace años por la escritora y periodista Suzy Welch, quien la sugirió para que las personas no se quedaran estancadas pensando qué hacer. La regla del 10-10-10, como su autora la denominó, está explicada en su libro titulado: “10 minutos, 10 meses, 10 años: una fórmula que transformará tu vida”. Su propia autora ha explicado en varios programas que cuando se encontraba en una situación en la que le parecía que no había una solución que hiciera felices a todos, ella se hacía tres preguntas.

El método que sigue esta regla es muy simple, se trata de dar respuesta a través de tres puntos enmarcados en un tiempo.

Estas preguntas son: ¿cuáles son las consecuencias de mi decisión en 10 minutos?, ¿en diez meses?, ¿y en diez años?

Las respuestas a estas preguntas le dicen a la persona lo que necesita saber, no solo para hacer el movimiento más razonable, sino también para explicar la elección a los demás miembros de su familia, compañeros de trabajo o amigos, es decir, a todos los que sentirán el impacto de la decisión.

Cuando se analiza la situación desde diferentes posiciones temporales, incluyendo un tiempo tan lejano como el de diez años, esto permite que se evalúen otros factores asociados al miedo con el presente.

Es decir, el dilema se puede replantear dando prioridades a lo que se tendrá que afrontar en el futuro.

La autora ha comentado que ha usado su técnica del 10-10-10 incluso en las decisiones más relevantes de su vida, tal como su divorcio, así como también le ha funcionado para otras situaciones menos relevantes, como hacer horas extras de trabajo o irse a casa con sus hijos, entre otras.

Así que, cada vez que se requiera de una respuesta a una pregunta que no le permita a la persona avanzar, se podría optar por esta fórmula del 10-10-10 y decidir cómo esa decisión le afectaría en los próximos 10 minutos, 10 meses o 10 años, sin necesidad de quedarse paralizado.

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