Cómo afrontar el fracaso
Algunas caídas son el medio para levantarse a situaciones más felices. William Shakespeare
Dicen que no hay nada que conlleve más al éxito que el propio fracaso. Sin embargo, a veces tendemos a olvidar esto y nos dejamos llevar por la terrible sensación de frustración que encontramos tras no conseguir nuestras expectativas. Absolutamente todas las personas fracasamos en alguna ocasión. A veces de forma leve y otras estrepitosamente considerables. Muchos de los nombres más ilustres de la historia han contado historias de fracaso absoluto antes de triunfar. ¿Cómo encontrar la entereza para seguir adelante a pesar del fracaso? Hoy te explicamos algunas pautas para aceptar nuestros fallos y seguir adelante con más sabiduría y fuerza.
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La psicología del fracaso
Fracasar nos produce una gran sensación de insatisfacción que puede llegar a bloquearnos y llenarnos de ansiedad. Algunos estudios han comprobado cómo la sensación de fracaso puede llegar a afectar a la concentración, la atención y otras capacidades cognitivas, saboteando el desempeño futuro. Es como si el hecho de fracasar hiciera que algunas personas se rechazaran a sí mismas, en vez de utilizarlo aprender de ello.
El profesor Martin Covington de la Universidad de California comprobó en una investigación que una de las estrategias para proteger nuestra autoestima es creer que somos competentes y demostrarlo a los demás. Es por ello que, consecuentemente, fracasar puede anular nuestra autoestima y nos hace creer que no somos válidos. Sin embargo, este profesor también comprobó como algunas personas no tienen tanto miedo al fracaso y estas son las que se enfocan en aprender por el simple disfrute de aprender, siendo las mayormente orientadas hacia el éxito.
¿Cómo aceptar el fracaso?
Fracasar es parte de nuestro propio aprendizaje. Nunca podríamos haber aprendido a andar si no nos hubiéramos tambaleado y caído varias veces cuando apenas teníamos estabilidad. Pero después de un buen berrinche, nos levantábamos y volvíamos a hacerlo hasta conseguir, paso tras paso, llegar a los brazos de quienes nos llamaban. Para ser felices no solo hay que aprender a tener éxito sino también aprender a fracasar. A continuación, te mostramos algunos consejos y reflexiones para conseguir superar el fracaso, aprender de él y estar en paz con uno mismo.
1. Acepta cómo te sientes
Aquellos que ven en cada desilusión un estímulo para mayores conquistas, ésos poseen el recto punto de vista para con la vida. Goethe
Es normal sentirse dañado cuando se falla. Puede que hayamos mantenido grandes expectativas sobre ciertos resultados y repentinamente debemos enfrentarnos al hecho de que la realidad no concuerda con aquello que habíamos deseado. A veces, el fracaso nos produce cierta insatisfacción, pero otras veces es demasiado doloroso, dependiendo de en nivel de expectativas y la importancia de aquello que queríamos conseguir.
Tratar de mirar hacia otro lado y reprimir nuestras emociones sólo conduce a empeorar el proceso de sanación y no dejar curar las heridas emocionales. Aceptar cómo nos sentimos y permitirnos aflorar esos sentimientos hará que el proceso sea menos doloroso a largo plazo. Recuerda que todos somos humanos y podemos cometer errores, castigarnos a nosotros mismos de manera desmedida no conduce a un mejor resultado.
2. Aprender
No hay nada que aprender del éxito (… ). Todo se aprende del fracaso. David Bowie
Por mucho que alguien externo nos explique algo, o leamos una lección en un libro de texto, no hay mejor forma de aprender en la vida que fallando. Son los errores y el aprendizaje posterior los que nos hacen madurar y ser más sabios. Una persona que nunca ha cometido un error no podría tener una percepción realista de la vida. Recuerda que el fracaso tiene también una cara positiva y es obligarnos a analizar qué errores hemos cometido para cambiar nuestras acciones. Incluso aunque no hayamos cometido ninguno, nos pone en sobreaviso para aprender que en la vida no todo saldrá siempre como esperamos y tratar de vivir en la negación solo nos llevaría a un estado de frustración a inmadurez constante.
Cuando te sientas mal por un fracaso trata de contestar con total honestidad a estas preguntas:
- ¿Qué puedo aprender sobre esto? Intenta nombrar una sola cosa
- ¿Qué puedo cambiar en mis actos para hacerlo mejor la próxima vez?
- ¿Qué cambios en mis actuaciones me harían estar más orgulloso/a de mí en otras ocasiones, aunque volviera a fracasar?
Estas conclusiones nos ayudarán a pasar página aprendiendo de cada uno de nuestros fallos desde una perspectiva más objetiva y externa.
3. No lo tomes como algo personal
Un fracasado es un hombre que ha cometido un error, pero que no es capaz de convertirlo en experiencia. Elbert Hubbard
Cuando hemos fracasado, es fácil tender a pensar que estamos “condenados” a hacerlo una y otra vez, que no estamos hechos para ser exitosos y que todo lo que hagamos saldrá mal. Sacamos conclusiones de hechos concretos y las interiorizamos como si esos hechos nos definieran y se convirtieran en nosotros mismos. Pero nuestra identidad no se compone sólo de estos resultados y sólo porque hayamos fracasado no significa que por correspondencia seamos personas fracasadas. Muchos nombres ilustres de la historia han sido personas que han fracasado estrepitosamente antes de alcanzar el éxito. Escritores, músicos, políticos, deportistas…montones son las estrellas universales que han explicado públicamente sus fracasos previos y cómo decidieron persistir y no abandonar. Esa es la diferencia: Fracasar no significa ser un fracasado. Solo se es un fracasado cuando se decide serlo.
4. Inventa un nuevo punto de vista
«No he fallado. Simplemente he encontrado 10 mil caminos que no funcionan«. Thomas A. Edison
En una sociedad que nos entrena contra el fracaso desde que somos pequeños, el error no tiene cabida en nuestras vidas y esto nos perturba mucho psicológicamente. Desde que hicimos el primer examen en la escuela hasta que llevamos a cabo nuestra primera entrevista de trabajo, nos han enseñado que el éxito se equipara a la felicidad y que fallar conduce a una vida insatisfecha, sin poder entrar en la Universidad que queríamos o acceder al puesto con el que soñábamos. Pero esta afirmación que tenemos totalmente instaurada en nuestras creencias no es real, ¿Cuántas personas de éxito, ricas y famosas, dicen no sentirse felices?¿Cuántas afirman sentirse realmente miserables a pesar del dinero o el status alcanzado? El nivel de felicidad no descansa en nuestro nivel de éxito sino en cómo nos aceptamos a nosotros mismos y en cuán satisfechos estamos en nuestra propia piel incluso cuando fracasamos profundamente.
Cambiar esta perspectiva es muy importante para no dejarnos hundir por nuestros fallos. ¿Por qué no empezamos a pensar que si fallamos es porque lo estamos intentando? Quizás contra más fallamos más cerca estamos de lograrlo, porque significa que no hemos abandonado.
5. No busques la aprobación de los demás
Los que renuncian son más numerosos que los que fracasan. Henry Ford
No busques la aprobación de los demás. A veces no la encontrarás, simplemente porque vivimos en un mundo muy competitivo en el que cada persona tiene una opinión diferente, que puede ser errónea o no. Walt Disney fue despedido de su trabajo en un periódico porque su jefe pensaba que “no tenía imaginación”. “Carrie”, la primera novela de Stephen King fue rechazada 30 veces antes de que se publicara. Y la lista de personas de éxito que fueron criticadas o rechazadas antes de tenerlo es inmensa. Ellos no se dejaron arrastrar por las opiniones de otros.
No podemos esperar ni pretender gustar a todo el mundo y cuando fracasamos tememos las críticas ajenas, el qué dirán y cómo vivir con esa “vergüenza”.
Pero es tu opinión la que cuenta, no la otras personas que también tendrán que cargar con sus propios fracasos. Prestar demasiada atención a la opinión de otros solo nos bloquea y nos paraliza. No olvides que es tu vida y tienes derecho a fracasar, al igual que todos los demás.
Fracasar significa vivir y tratar de negar este hecho es tratar de negar la realidad. No conseguir lo que queremos puede suponer un enorme contratiempo pero a la vez una gran lección de vida. Una lección que solo aprendemos viviendo. Cuando estés pasando un bache debido a un fracaso no olvides respirar y recordar estas bellas palabras de Charles Dickens: Cada fracaso le enseña al hombre algo que necesitaba aprender.