Confianza y traición: superando el dolor

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La confianza es uno de los más importantes valores para los seres humanos, y la traición es uno de los actos que más nos repugnan. Ahora… ¿Por qué es así? Si quieres descubrirlo, sigue leyendo…

La importancia de la confianza y por qué es tan dolorosa una traición

Los seres humanos somos animales sociables y gregarios, que vivimos en comunidades y que hemos evolucionado para compartir nuestra vida con los demás. Esto es algo que, cada vez más, se va perdiendo, hasta el punto de que en nuestras sociedades estos lazos se han debilitado mucho.

Sin embargo, lo cierto es que, en el pasado, cuando vivíamos en tribus (incluso antes, cuando éramos más animales que humanos), estos lazos eran fundamentales para que la tribu (y sus individuos) sobreviviesen.

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Lógicamente, cuando uno de los miembros de la tribu traicionaba la confianza de los demás, no solo se perdía algo de dinero o se acababa una relación amorosa. La traición de un miembro de la tribu podía significar la desaparición física de la tribu entera.

Por tanto, hemos evolucionado para que los lazos de confianza sean máximos y la traición nos resulte absolutamente despreciabe.

Es cierto que, a día de hoy, la traición puede que no tenga esos efectos tan profundos como la desaparición de una tribu entera. Sin embargo, aunque la traición solo signifique descubrir que han hablado mal a nuestras espaldas (incluso sin que eso tenga consecuencias relevantes), nos parece un acto deleznable.

Cómo superar una traición y volver a confiar

Ten presente que superar una traición no es algo fácil, y, en general, se necesita un periodo de duelo. Además, la dificultad de superar el periodo de duelo dependerá de cuán fuerte fuera la relación con la persona que te ha traicionado.

Sin embargo, más allá de eso, las claves para superar una traición son las siguientes:

  1. Analizar por qué sucedió la traición: Lo primero que deberías hacer es analizar por qué se dio la traición. Es normal que, al principio, estés conmocionado y no entiendas a qué ha venido la traición. Sin embargo, después de un análisis frío (puedes hablar con otras personas para hacerlo), puedes darte cuenta de que tú también tienes tu parte de culpa.
  2. No ser duro contigo mismo: Sin embargo, aunque te invada la ira y la tristeza, y aunque creas que tú también provocaste la ruptura, no deberías ser especialmente duro contigo mismo. Acepta lo que ha pasado y no tengas miedo a tener cierta inestabilidad emocional.
  3. No guardar rencor: Es natural querer vengarse de quien nos ha hecho daño. Sin embargo, esto es una forma de pensar que no permite avanzar a quien la tiene. Lo mejor, en cambio, es no guardar rencor.
  4. Aceptar la situación: Al igual que el rencor no te ayudará en nada, tampoco te ayudará la frustración o la ira. Por lo tanto, lo mejor que puedes hacer es aceptar la situación en la que estás y tratar de empezar a construir a partir de ahí.
  5. Tomarte tu tiempo: Los puntos anteriores puede que te resulten muy difíciles. Es normal, no pasa nada. Lo que tienes que hacer es tomarte tu tiempo para llevarlos a cabo. Al fin y al cabo, el espíritu humano necesita superar una serie de etapas antes de volver a estar en paz.
  6. Ser sincero: Lógicamente, es fundamental que conectes contigo mismo y con la otra persona y trates el tema con sinceridad. No puedes tratar de superar una infidelidad si no admites que no estabas tratando a la otra persona todo lo bien que se merecía, y que eso provocó la infidelidad, por ejemplo.
  7. Perdonar: Por último, perdonar a la persona que te ha traicionado es algo fundamental. Como bien sabes, perdonar es algo que te hace sentir bien (cuando se perdona de corazón, claro). Eso sí, perdonar no significa que tengas que volver a meter en tu vida a esa persona.

¿Hay que perdonar siempre?

No, no siempre. Sin embargo, hay algunas circunstancias en las que sí es necesario hacerlo. Son las siguientes:

  1. La persona que te ha traicionado reconoce el daño causado y pide perdón, con intención de no volver a hacerlo.
  2. Su actuación fue irracional y después lamentó actuar de esa forma.
  3. Es un comportamiento aislado, que no suele llevar a cabo y que no es especialmente importante.

Como puedes ver, la confianza es vital en las relaciones humanas, y traicionarla puede ser muy doloroso tanto para quien sufre la traición como para quien la lleva a cabo. Y es que, como decía Nietzsche, lo peor de la traición no es la traición, sino la imposibilidad de poder confiar de nuevo en esa persona.

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