Demasiado tiempo libre puede pasar factura
El tiempo libre es necesario, pero demasiado tiempo libre puede pasar factura. Imaginemos que tenemos 15 minutos libres al día, ¿cómo nos sentiríamos? ¿Y si tuviéramos 3 horas y media? ¿Y si fueran 7 horas libres? En un mundo lleno de exigencias, sobre todo a nivel laboral, tener un rato para nosotros es fundamental, sin embargo, como apunta una reciente investigación, demasiado tiempo libre puede resultar perjudicial. ¡Veamos la razón!
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Demasiado tiempo libre
El equipo de Marissa Sharif (2021) publicó un artículo titulado Having Too Little or Too Much Time Is Linked to Lower Subjective Well-Being en el que indagan en las consecuencias psicológicas de tener demasiado tiempo libre. Este equipo de investigación llegó a varias conclusiones. En una de sus primeras indagaciones, recabaron datos de más de 21.000 personas entre 2012 y 2013. Encontraron que un aumento de tiempo libre aumentaba los niveles de bienestar. Los niveles óptimos de bienestar se alcanzaban a las dos horas y permanecían estables hasta llegar a las 5 horas. A partir de este tiempo, el bienestar dejaba paso a una sensación menos agradable.
Por otro lado, también analizaron a más de 13.000 trabajadores entre 1992 y 2008, tanto en el trabajo como fuera. Se les preguntó sobre la cantidad de tiempo libre que tenían en sus días laborables así como a qué dedicaban ese tiempo y qué sensación tenían. De nuevo, los datos arrojaron que cuánto más tiempo libre, mayor satisfacción, pero hasta cierto punto. A partir de un tiempo concreto la sensación de bienestar desaparecía.
Así que para profundizar todavía más, realizaron dos experimentos online con más de 6.000 participantes. Dividieron a los participantes en tres grupos y se les pidió que imaginasen cómo sería su vida con diferentes cantidades de tiempo libre. A un grupo se les asignó 15 minutos libres al día, a otro 3 horas y a otro 7 horas y todo ello durante seis meses. Debían apuntar los niveles de satisfacción y felicidad que creían que la cantidad de tiempo libre les iba a generar. Los grupos asignados con 15 minutos y 7 horas son los que reportaron unos más bajos niveles de satisfacción, a diferencia de los que tenían 3 horas, cuyos resultados mostraba unos mejores resultados.
¿Qué hay detrás de esta amarga sensación?
Demasiado tiempo libre, al contrario de lo que parece, puede tener como consecuencia una sensación amarga. Por ello, el equipo de Marissa Sherif realizó una segunda parte del experimento anterior. A los que imaginaron tener 3,5 y 7 horas libres al día se les pidió dos cosas: por un lado, que se imaginasen realizando actividades productivas como estudiar o realizar deporte, y por otro, actividades improductivas, como pasar rato en internet o ver la tele.
Los resultados mostraron que aquellos que se imaginaban realizando actividades productivas mostraban unos niveles más altos de satisfacción que aquellos que se imaginaron realizando actividades improductivas. En este caso, ambos grupos, los de 3,5 horas y los de 7, sentían un nivel de satisfacción parecido cuando se imaginaban realizando actividades de provecho.
Conclusiones
Así pues, el equipo de Sherif, llegó a la conclusión de que mucho tiempo libre sin un propósito concreto puede ser sinónimo de infelicidad. Por otro lado, si ese tiempo se reduce a unas tres horas, resulta ser más satisfactorio. De este modo, si tenemos un tiempo libre que supere las cinco horas, lo mejor que podemos hacer es dedicar una parte de ello a algún propósito: aprender música, un idioma, ejercicio físico, meditar… Por ello, los autores sugieren que en épocas en las que se produzca un cambio y no tengamos nada que hacer en todo el día como puede ser la jubilación o dejar un trabajo, lo ideal es fijar un propósito.
Reflexión final
El tiempo libre es un bien muy preciado ya que nos ayuda a desconectar del aspecto laboral. Pero no solo es importante centrarlo en el ámbito laboral. En el aspecto familiar también puede ocurrir algo parecido. A veces es positivo desconectar unos días de los padres, de los hijos, de la pareja… Unos días para nosotros en los que nos dedicamos a cultivarnos.
¿Por qué no tomar un tiempo libre a nivel psicológico? Es importante recordar que a pesar de ser seres sociales también es necesario estar bien con nosotros mismos y, en ocasiones, solo podemos alcanzar cierto estado de bienestar desde la desconexión. Pero sí es importante tener en cuenta que si tenemos mucho tiempo libre en esa desconexión, lo ideal será tener un propósito, ya que de lo contrario podemos caer en un aburrimiento excesivo en el que tengamos pensamientos rumiantes y, además, sintamos que estamos perdiendo el tiempo.
Por ello, si nos vemos en la ocasión de tener un tiempo para nosotros, lo primero será establecernos un propósito, por ejemplo: un viaje organizado, un retiro de meditación, etc. Pero no siempre podremos tener dinero para ello, por lo que también podemos hacerlo desde casa. En lugar de pasar horas y horas en el sofá delante de la televisión, es aconsejable establecer una pequeña rutina. Lo que no significa que nos pasemos el día haciendo cosas, porque entonces ya no sería tiempo libre. A modo de idea: por las mañanas hacer la compra necesaria y dar un paseo y por la tarde aprender a tocar un nuevo instrumento, estudiar un curso… ¡Que el lector se sienta libre de establecer sus propósitos!