Efecto Extrañeza: ¿Recuerdas mejor las imágenes o las palabras?
Aunque no queramos reconocerlo, nuestra memoria tiene muchas limitaciones, muchas de ellas imperceptibles para nosotros mismos. Cuando no tenemos suficiente información o hay mucha incertidumbre sobre las consecuencias de nuestras acciones, utilizamos sistemáticamente heurísticos que simplifican la solución de problemas y nos permiten realizar evaluaciones en función de los datos de que disponemos. Uno de estos sesgos es el efecto extrañeza.
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¿En qué consiste el efecto extrañeza?
El efecto extrañeza, también conocido como «efecto de lo extraño» o «strange effect», es un fenómeno psicológico en el que las personas recordamos mejor los eventos, situaciones o información que son inusuales, inesperadas o distintas de lo común. Este efecto se basa en la idea de que la información que se destaca de lo ordinario es más probable que sea codificada y almacenada en la memoria de manera más efectiva.
Características del efecto extrañeza
El efecto extrañeza se caracteriza por varias cualidades que afectan tanto a la memoria como a la atención. En primer lugar, los eventos o estímulos que se perciben como extraños o inusuales tienden a ser recordados con mayor facilidad y claridad. Esto ocurre porque la mente humana está diseñada para prestar atención a lo que se desvía de lo esperado, ya que estas desviaciones pueden tener implicaciones importantes para la supervivencia o el bienestar.
Además, la extrañeza capta nuestra atención de manera más efectiva que lo rutinario. Cuando algo destaca por ser diferente, nuestro cerebro automáticamente dedica más recursos a procesarlo y almacenarlo. Este proceso se conoce como atención selectiva, y es necesario para que la información inusual sea retenida de manera más eficiente.
Por último, la información que es extraña o única se codifica de manera más elaborada en la memoria. Este proceso de codificación distintiva implica la creación de más conexiones neuronales, lo que facilita el recuerdo posterior.
Implicaciones del efecto extrañeza
Como ya hemos dicho, el efecto extrañeza nos ayuda a recordar mejor los eventos y la información que se desvían de lo común. Esto significa que situaciones inusuales o sorprendentes, como un encuentro inesperado con un amigo de la infancia o un día fuera de la rutina, tienden a quedarse grabadas en nuestra memoria con mayor nitidez. Este conocimiento puede ser útil para mejorar nuestras técnicas de estudio y aprendizaje, ya que incorporar elementos novedosos o sorprendentes en el material de estudio puede facilitar la retención de la información.
En la comunicación, el efecto extrañeza puede ser aprovechado para captar la atención del público de manera más efectiva. En publicidad y marketing, por ejemplo, los anuncios que utilizan imágenes o situaciones inusuales tienden a ser más memorables y a generar un mayor impacto en los consumidores. Del mismo modo, en presentaciones o discursos, incorporar anécdotas o ejemplos sorprendentes puede ayudar a mantener el interés de la audiencia y hacer que el mensaje sea más efectivo.
En las relaciones interpersonales, los momentos únicos y sorprendentes compartidos con otros tienden a fortalecer los vínculos y crear recuerdos duraderos. Planificar actividades inesperadas o romper la rutina con sorpresas agradables puede mejorar la calidad de nuestras relaciones y crear experiencias memorables.
Además, ser consciente del efecto extrañeza nos puede ayudar a interpretar mejor nuestras propias memorias y las de los demás. Entender que tendemos a recordar mejor los eventos inusuales puede ayudarnos a ser más críticos con nuestras percepciones y a no subestimar la importancia de los momentos cotidianos.
Cómo superar el efecto extrañeza
Superar el efecto extrañeza implica aprender a gestionar la tendencia a recordar y dar más peso a los eventos inusuales o sorprendentes. Ser conscientes de que tendemos a recordar mejor los eventos inusuales nos permite cuestionar la importancia y la relevancia que les atribuimos. Esta autoconciencia es el primer paso para abordar el sesgo que el efecto extrañeza introduce en nuestra memoria y toma de decisiones.
Además, es útil practicar la atención plena o mindfulness. Esta técnica implica estar presente y consciente de todas las experiencias, tanto ordinarias como extraordinarias. Al entrenar nuestra mente para prestar atención a los detalles de la vida cotidiana, podemos desarrollar una apreciación más equilibrada y menos sesgada de nuestras experiencias diarias.
En situaciones de aprendizaje y toma de decisiones, es importante evaluar la información de manera objetiva y considerar tanto los eventos comunes como los inusuales. Al analizar datos o tomar decisiones, podemos intentar basarnos en patrones generales y en la totalidad de la información disponible, en lugar de dejarnos influir desproporcionadamente por eventos sorprendentes o excepcionales.
Finalmente, buscar retroalimentación de otros puede ser una herramienta valiosa. Consultar a personas que no estén directamente involucradas en la situación puede ofrecer una perspectiva más objetiva y menos influenciada por el efecto extrañeza. Estas personas pueden ayudarnos a evaluar la relevancia de los eventos y a tomar decisiones más equilibradas.