El poder de la escritura para el autoconocimiento
“Qué gran libro se podría escribir con lo que se sabe. Otro mucho mayor se escribiría con lo que no se sabe!” Julio Verne
El autoconocimiento es muy importante para nuestro desarrollo personal. A veces somos más conocedores de lo que otras personas anhelan o buscan que de lo que nosotros mismos sentimos.
Conocemos información muy personal sobre celebridades a las que ni hemos tenido el placer de conocer y estamos llenos de datos sobre materias y sucesos que no tienen un impacto directo en nuestro día a día. Pero cuando hablamos de nosotros mismos, puede que no sepamos exactamente qué expresar. Algunos de nuestros problemas diarios, emocionales o psicológicos pueden tener que ver con una falta de consciencia sobre quiénes somos: cuáles son nuestros deseos, nuestras mayores virtudes y defectos, qué queremos y qué no queremos. Existe una poderosa arma que ha demostrado a través de múltiples estudios el efecto positivo que tiene a la hora de alcanzar nuestro autoconocimiento y estabilidad emocional: la escritura, de la que hablamos a continuación.
Contenido
¿Qué beneficios puede aportar el autoconocimiento?
Es difícil conseguir ser feliz si no podemos expresar quiénes somos. Sin tener la certeza de conocernos bien a nosotros mismos, podemos caer en comportamientos negativos que traten de llenar ese vacío. Podemos ser quienes otros quieren que seamos, comportarnos como otros creen que debemos comportarnos e incluso gastar nuestro dinero en artículos o prácticas que consigan que gustemos más a los demás, creando una “persona” ficticia que consiga evitar que nos enfrentemos al hecho de no reconocernos a nosotros mismos. La libertad que nos aporta el autoconocimiento consigue que superemos conflictos emocionales, que nos sintamos en mayor control con las situaciones contextuales y que nos resistamos a la presión social. Nos convierte en personas más tolerantes y empáticas con los demás y con nosotros mismos, así como mejora nuestra capacidad para decidir y avanzar.
“Puedo enseñarle a cualquier persona cómo conseguir lo que quiere en la vida. El problema es que no puedo encontrar a quien pueda decirme qué es lo que quiere” – Mark Twain
¿Cómo al escribir podemos comenzar a conocernos mejor?
El autoconocimiento es un proceso que requiere tiempo y esfuerzo. Es a través del paso del tiempo y los golpes que sufrimos cuando mejor terminamos conociendo nuestras fortalezas y debilidades en un proceso continuo de maduración. Sin embargo existen algunas técnicas, como la escritura, que podemos usar para conseguir desarrollar un poco más nuestra capacidad de autoconocimiento.
Escribir todos los días tiene efectos emocionales muy positivos. Cientos de estudios han documentado a lo largo de las últimas décadas los beneficios psicológicos que escribir tiene en nuestro bienestar emocional. Solo unos minutos al día expresándonos en palabras, consigue hacer que reconozcamos motivaciones y emociones de las que a veces no somos plenamente conscientes hasta que no las verbalizamos. Escribir ayuda además a afrontar estados de estrés y ansiedad, sentimientos que no conseguimos enfrentar, así como ayudarnos a superar situaciones complicadas. Es por ello que este acto suele usarse como técnica en diferentes terapias psicológicas, como la terapia cognitivo-conductual.
Escribiendo conseguimos ordenar ideas y dar un sentido narrativo a nuestra realidad. Una realidad que en ocasiones puede parecernos caótica. El esfuerzo cogitivo que implica el hecho de llevar a cabo este proceso nos ayuda a gestionar emociones, lo cual nos hace sentir más satisfechos y descansados.
¿Cómo empezar a escribir?
No hace falta que desde un principio escribamos algo excesivamente profundo, simplemente podemos emplear unos minutos en explicar qué nos ha ocurrido en el día, cómo nos hemos sentido o qué pensamientos hemos tenido al respecto.
Cuando cada cierto tiempo leemos los textos que hemos escrito, podemos identificar patrones que vamos repitiendo una y otra vez. Es una buena manera de identificar aquellas conductas y creencias que nos mantienen sumidos en una realidad que no se ajusta a lo que esperamos. Además encontraremos palabras que hablan sobre nosotros mismos y de las que antes no éramos plenamente conocedores. ¿Te ha sucedido que cuando lees los pensamientos y vivencias de otras personas llegas a comprenderlas de manera más profunda y evidente? Esto también sucede cuando nos leemos a nosotros mismos desde una perspectiva externa.
Tips para llegar al autoconocimiento a través de la escritura
Según Sandy Grason, autora del libro “El diario para despertar tu voz interior, sanar tu vida y manifestar tus sueños”, algunos trucos para escribir un diario enfocado en el autoconocimiento son:
- “No quiero hablar sobre…” Según las escritora, se trata de establecer un tiempo máximo de diez minutos, en los cuales debes escribir lo primero que llegue a tus pensamientos. La importancia de este ejercicio es ser honestos y vulnerables, así como escribir sobre algo que para nosotros es muy difícil expresar. En palabras de Grason: “A veces tendemos a dar vueltas alrededor de nuestros problemas reales. Queremos escribir diarios perfectos y bonitos, cuando nuestra vida real no es como tal. Permitirnos hablar sobre aquello de lo que nunca queremos hablar nos lleva directos a aquellas cosas que necesitamos trabajar desde una página en blanco”.
- “¿Quién soy yo ahora?” De nuevo, en un máximo de diez minutos, debemos responder a esta pregunta, partiendo de la idea de quiénes éramos antes, a los 8, los 16 o los 25 años y quiénes somos ahora. Se trata de describir las diferencias entre quiénes fuimos y quiénes somos ahora, así como los hechos, de forma general, que nos han llevado hasta aquí.
- “Cosas que amo”. Se trata de configurar una lista abierta sobre qué cosas nos hacen sentirnos bien y ser felices. En esta lista caben desde hechos muy importantes como “comprar una casa nueva” o “conseguir un ascenso” hasta pequeños hechos cotidianos que parecen poco importantes pero que nos causan una gran satisfacción, como la sensación de sentir el agua caliente en la ducha o el olor de un perfume que nos gusta.
- “Conversaciones con tu yo de 99 años”. Se trata de imaginarnos a nosotros mismos con 99 años, buena salud y una gran sabiduría. Imagina qué consejos te darías a tu yo actual, qué cosas han sido verdaderamente importantes para esa persona de 99 años y qué crees que te diría sobre aquello en lo que deberías concentrarte más y menos durante el resto de tu vida.