Expectativas y decepción
Tipos de expectativas
El trazar expectativas alcanzables puede ayudarte a afrontar los retos de la vida con buen ánimo, determinación y podrás mantener más fácilmente un óptimo nivel de motivación, para así realizar acciones encaminadas a conseguir tus metas. Las expectativas “ideales” pueden ser alcanzables o no, la literatura establece dos tipos de expectativa de acuerdo a los atributos de punto ideal (Teas, 1993; Zeithaml y cols., 1993):
- Expectativas de punto ideal clásico: aquellas en las que el nivel esperado ideal es muy alto y debido a diversos factores, en la actualidad del sujeto no es viable o alcanzable, también sucede al “pretender mucho y esforzarse poco”.
- Expectativas de punto ideal alcanzable: el nivel requerido y esperado es o puede ser alcanzable. (Clow y cols., 1997).
De acuerdo a otro criterio, podemos contemplar las siguientes:
- Normativas: nivel con el que una persona considera debería desempeñar sus tareas, intervienen los valores personales y la cultura, están muy presentes en el ámbito académico y laboral.
- Justas o merecidas: la persona tiene la creencia que los demás deben comportarse de alguna manera específica, “esperan” ser tratados por los demás porque sienten que han hecho lo propio para merecerlo así, tiene que ver con la valoración afectiva de la relación y las recompensas esperadas.
- Predictivas: es el “cálculo mental” que realiza la persona sobre lo que espera de alguien en una situación concreta, tiene variables cognitivas que influyen en aspectos emotivos, entra en juego la memoria del sujeto, la influencia de terceros y valoraciones personales.
Cuando las expectativas no son viables, a veces te puedes sentir defraudado, sin embargo, el sufrimiento proviene de ti, de lo que esperabas que esa persona hiciera o no por ti, porque tú te comportaste de cierta manera en que lo consideras “justo”, sin embargo cada persona es diferente y tiene sus propios ritmos, el tratar de controlar a los demás o a las circunstancias puede llevarte a la frustración. Quizá estés esperando demasiado y es esa expectativa lo que te lleva al sufrimiento emocional.
Desilusión y nivel de satisfacción
¿Qué es un dependiente emocional? Cuando la persona cambia algunos aspectos o hace modificaciones para ajustarse a lo que esperan de ella de manera que compromete sus principios, valores, metas y sueños, cuando a costa de su propio bienestar trata de complacer a los demás por “encajar”, hablamos de una persona con dependencia emocional, su autoestima puede ser tan baja que tienen una gran necesidad de atención, pero al mantener expectativas tan altas, constantemente encuentran insatisfacción en sus relaciones interpersonales, pues suelen “exigir mucho de los demás”.
¿Te sientes desilusionado porque crees que has hecho lo mejor de tu parte y de todos modos la relación con esa persona especial se distanció aún más? ¿Había antes de esto otras actitudes o comportamientos que me incomodaban? La decepción indica insatisfacción y una diferencia entre lo que ocurrió y aquello que sucedió. Yves-Alexandre Thalman dice que “es una emoción que forma parte del gran registro de la tristeza y, por tanto, está relacionada con situaciones de pérdida, en comparación con un ideal dado”.
Redes sociales y necesidad de atención
Las redes sociales han facilitado la comunicación entre muchas personas que se aprecian y se encuentran físicamente lejos, a veces la afiliación puede percibirse tan cercana que resulta benéfica, sin embargo, no es conveniente esperar a que los demás estén atentos de tus necesidades por este medio a todas horas, recuerda que la mayoría de las personas tienen una vida por vivir y no está únicamente en las redes, está en su entorno, las redes sociales son sólo un canal o un medio.
No midas tu valía y el aprecio que te tienen los demás por el número de “likes” que te den, con el correr del diario vivir a veces es difícil coincidir, sin embargo, no es conveniente que te valores o evalúes o los demás por el número de likes que te dan, es una estrategia más conveniente tratar de apreciar el tiempo de calidad, el intercambio de valiosos contenidos y el soporte que alguna vez recibiste de ellos.
¿Te has sentido traicionado por alguien simplemente porque no cumplió con tus expectativas? Es común que exista un sesgo cognitivo para ver lo negativo y se dé un contagio emocional, podemos modificar esto para bienestar propio, si en vez de adoptar una visión pesimista de las cosas, tratas de contentarte con esas coincidencias en tiempo y espacio con un ser que amas.
Hay personas que tratan de ignorar su caos interno, para suavizar propios sus ruidos mentales ponen demasiada atención en lo que hacen los demás, muchas veces emiten juicios muy duros hacia los demás, cuando sucede así puede estar encubierta la necesidad de cambiar en tu vida ciertos aspectos con los que no estás a gusto.
Es cuando entran al rescate nuestros mecanismos de defensa más primitivos e inmaduros, en vez de trabajar sobre las variables que están en tus manos, si te concentras en “ver” en los demás defectos, serás muy infeliz. Nuestra realidad sirve a manera de espejo, a veces las conductas que tanto criticamos y no soportamos en los demás, son precisamente aquellos aspectos con los cuales debemos trabajar nosotros mismos.
¿Qué esperas de los demás? Resulta más sencillo expresar las necesidades propias de manera asertiva: clara y concisamente sin lastimarte ni lastimar porque los demás no cumplieron con lo que tú esperabas de ellos. Recuerda que las personas no son posesiones.
Oración de la Gestalt
“Yo soy Yo
Tú eres Tú
Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas
Tú no estás en este mundo para cumplir las mías.
Tú eres Tú
Yo soy Yo.
Si en algún momento o en algún punto nos encontramos
Será maravilloso
Si no, no puede remediarse.
Falto de amor a Mí mismo
Cuando en el intento de complacerte me traiciono.
Falto de amor a Ti
Cuando intento que seas como yo quiero
En vez de aceptarte como realmente eres.
Tú eres Tú y Yo soy Yo.”
Fritz Perls
Resentimiento: veneno para el cuerpo y la mente
Guardar resentimientos y memorias de dolor puede hacer que te estanques en la amargura y la insatisfacción, pues son como veneno para la mente y el cuerpo, el traer recuerdos de las promesas no cumplidas, el “sentimiento de que te abandonaron” cuando más lo necesitas, es como tratar de quitar la placa que ayuda a cicatrizar las heridas y protege para que el organismo sane con el tiempo, si constantemente la quitas, la herida se reventará a la menor provocación, ya sea con la persona que te decepcionó o con otras y dejando marcas de dolor en tu ser.
El antídoto para el veneno del resentimiento es buscar y hacernos conscientes de nuestros propios motivos y acciones, cambiar aquellas cosas que estén en nuestras manos. “No puedes modificar tu pasado pero sí tu presente”. Alan Fogel, catedrático de Psicología de la Universidad de Utah, afirma que cuando las personas sienten dolor emocional, en el cerebro se activan las mismas regiones que cuando tenemos un malestar físico. Tratar de controlar las acciones de los demás en vez de tratar de autorregular las propias, es un camino seguro hacia la infelicidad y genera más memorias de dolor.
Vampiros emocionales
Los “vampiros emocionales” existen ¿Dejarías que un vampiro te desangrara hasta la muerte “para no decepcionarlo”, porque es natural que tenga sed y porque es su naturaleza tratar de saciarla? Eso sucede con personas que son muy demandantes, tienen en cuenta sus propias necesidades e ignoran las de los demás, consumen valiosa energía y tiempo, muestran una imperiosa necesidad de atención, debido a sus propias carencias internas, buscan amor y consuelo que no encuentran en sí mismos.
Son aquellos que logran sentirse un poco mejor cuando descargan su veneno y cuando hacen daño y lastiman a los demás, para un “vampiro emocional” nunca será suficiente todo lo que puedas dar, su propia insatisfacción y voracidad pueden ser insaciables, a menudo su insatisfacción perdura, de modo que tienden a repetir esos patrones cognitivos y conductuales en otras relaciones.
La energía que pones en “él o ella”, es la misma que puedes emplear para la realización de tus proyectos y modificar aquellos aspectos de tu vida sobre los cuales tienes control. A veces es necesario tomar distancia física o emocional, para permitirnos ese tiempo de curación.
Caminando hacia la sanación
La consciencia de tu propia situación te puede conducir hacia una mayor libertad, cuando el temor y la negación dominan tu vida se puede nublar tu juicio, las personas tenemos sesgos cognitivos, muchos ellos no nos permiten avanzar, sin embargo, a veces la persona puede utilizar esto para autocastigarse y autosabotearse: “Siempre termino lastimado cuando entrego mi confianza”, este tipo de creencias hace que se generen más conductas evitativas, aquí otro ejemplo:
Primer paso hacia la sanación: Aceptación
Cuando dejamos atrás la negación y damos paso a la aceptación en lugar de esperar, se tienen menos decepciones y más satisfacciones. Aceptar que hay cosas que no pueden estar bajo tu control pues no dependen de tí, ¿A menudo te ofendes o te “sientes” por las actitudes que tienen los demás para contigo? esto puede ser un indicador de fragilidad emocional.
El aceptar que te sientes decepcionado y tratar de identificar los motivos, puede servirte de guía para ajustar tus objetivos, cuando alguien en quien pusiste tu amor y tu confianza te traiciona y por ello decides alejarte, es importante que tomes nota y extraigas lo mejor de esa experiencia, a veces puede ser tanto el dolor ocasionado por la desilusión, que puede convertirse en una energía realmente transformadora, podemos tomarlo como una lección de vida.
Cuando tenemos una herida en la piel, es preciso observarla, limpiarla y permitir que el tiempo y la sabiduría organísmica hagan su trabajo, cultivar la paciencia es necesario para que este proceso sanador ocurra, traer memorias de dolor constantemente es una manera de hacerte más daño e “impide la correcta cicatrización emocional”, “el tiempo cura las heridas” dice la sabiduría popular, recuerda que “como es adentro es afuera”. Si estás pasando por una desilusión muy grande, toma tu tiempo para procesar lo sucedido y para sanarte.
Distraerte realizando actividades que disfrutes hacer puede ser un buen mecanismo de adaptación, cuando a la par trabajas con tu proceso, cuando empleas la distracción para evadir tu propia responsabilidad, el rencor podría crecer y las “heridas” tardarán más en sanar.
¿Esta persona realmente te ofendió o simplemente te sentiste ofendido porque esperabas que actuara como tú querías? Puede ser una buena oportunidad para que valores las expectativas que pones en los demás, quizás estás esperando demasiado de ellos.
Superando la decepción
Desarrollar la paciencia y tolerancia a la frustración, en vez de poner expectativas poco realistas y “esperar” demasiado de los demás y de las situaciones sobre las cuales no tienes control, representa un gran logro.
Escapa a la necesidad de control
Por muy organizado que seas, muchas veces en la vida las cosas no suceden como las planeamos, por ello, una buena estrategia considera un margen de error o incluso otros planes alternos, esto es más funcional que la rumiación de pensamientos de ansiedad y preocupación que no van encaminados a la solución real de los problemas, mejor es ocuparse de las cosas que sí puedes hacer.
Cuando te decepcionas puedes tratar de buscar culpables, como las circunstancias o atribuir el error a la otra persona, sin embargo al no tomar responsabilidad propia puedes adoptar la postura de víctima, minimizando o nulificando tu propio poder, por eso la paciencia intrapersonal y con los demás, es una llave maestra en el proceso hacia tu bienestar.
¿Has contribuido a que alguien se decepcione de ti? Pregúntate: ¿qué hice para que la otra persona se sintiera decepcionada de mí? Identifica tu responsabilidad en el asunto sin caer el autocastigo, sólo para observar tus pensamientos, emociones y conductas, pero toma nota, pues quizás encuentres aspectos de tí que no te gusten tanto… El dolor producido por la fractura o el desgaste de una relación importante, quizás te sirva de motor para modificar aspectos de tu persona.
Pablo Neruda se preguntó “¿Sufre más el que espera siempre que aquel que nunca espero a nadie?” Cuando ha pasado un largo tiempo de sufrimiento, en donde con sinceridad sientes que a pesar de tus deseos y esfuerzos no puedes trascender el resentimiento, la frustración, los sentimientos de culpa y el malestar emocional asociado, es una señal de que requieres asistencia psicológica profesional, buscando ayuda puedes “cicatrizar” tus heridas emocionales más fácilmente y superar la desilusión.
La vida y las relaciones suponen cierta incertumbre, al dejar ir la necesidad de control, cuando nos arriesgamos a salir de nuestra “armadura oxidada” cargada de defensas yoicas primitivas y empleamos estrategias de afrontamiento más adaptativas podemos caminar con más libertad y tener interacciones sociales más sanas.