Kintsukuroi: la técnica japonesa para sanar tus emociones

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El Kintsukuroi es una técnica que crearon los artesanos japoneses con el fin de reparar objetos rotos y conservar su belleza.

Sin embargo, gracias a este método, no solo mantienen lo hermoso de las piezas, sino que incluso aumentan su valor. De acuerdo con el psicólogo Tomás Navarro, este arte japonés es aplicable a las emociones humanas para permitirnos sanar heridas.

Este estilo de arte nos ayuda a recordar que los fragmentos de algo roto pueden servir para construir algo más bello y duradero. Por ende, no debemos avergonzarnos de nuestras heridas, ya que de ellas podemos aprender para ser más fuertes que antes.

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¿Qué es el Kintsukoroi?

Se trata de una técnica de origen japonés que se utiliza para reparar piezas de cerámica rotas con barniz de oro. La palabra Kintsukuroi se puede traducir como “reparación de oro”, también se le conoce como Kintsugi (carpintería de oro). Además de oro, se puede utilizar plata o platino para elaborar el barniz y reparar el objeto dañado.

La historia de este arte se relaciona con el shōgun Ashikaga Yoshimasa y se dice que se originó en el siglo XV. Un día, Yoshimasa envió dos de sus tazones de té favoritos a China con el fin de que los repararan. No obstante, cuando las piezas regresaron de China, el hombre se sintió disgustado con el resultado porque no era estético. Asimismo, debido a que los repararon usando grapas metálicas, el líquido también se derramaba.

En vista de eso, Ashikaga Yoshimasa decidió buscar artesanos japoneses que pudieran reparar los tazones. Ellos decidieron repararlos con un barniz de resina al cual le añadieron polvo de oro y lo usaron como pegamento. Luego, limaron la pieza para así darle un aspecto uniforme y agradable a los ojos.

La filosofía del Kintsukuroi en la vida emocional

Continuando con lo anterior, el Kintsukuroi fue tan apreciado que terminó por convertirse en una filosofía de vida. Esta propone que las reparaciones que sufre un objeto forman parte de su historia y le dan cualidades únicas. Por esa razón, en lugar de tratar de disimularlas, deben ser un aspecto destacable de la pieza que la embellezca.

Partiendo de esa filosofía, el psicólogo Tomás Navarro escribió un libro donde aplica el Kintsugi a la vida emocional. De acuerdo con el autor, este arte nos muestra que después de vivir episodios de crisis donde nos “rompemos”, podemos reconstruirnos y renacer con fortaleza. Si quieres conseguirlo, debes seguir estos seis pasos.

1. Recoge las piezas luego de la crisis

Al atravesar una crisis, las personas tienden a sentirse perdidas y pueden creer que la vida ya no tiene un significado. Cuando nos sentimos rotos, no logramos vernos a nosotros mismos en relación con el resto del mundo y solo sentimos dolor. Algunas personas optan por ignorar ese dolor y van por la vida buscando apagarlo, aunque sin ningún éxito.

La filosofía del Kintsukuroi nos enseña que el cambio solo puede iniciar una vez que tomamos la decisión de hacerlo. Si no elegimos reparar la taza rota, se quedará de esa manera y puede que con el tiempo se dañe incluso más. Pero, si empezamos a recolectar las piezas, es posible construir algo nuevo.

2. Analiza tu situación

Después de pasar por alguna adversidad, es posible que creamos que es el fin y no hay más nada qué hacer. Pero, el autor de la obra nos recuerda que todo es cuestión de perspectiva. Así, podemos ver este episodio como el fin o como el principio de un nuevo capítulo para nosotros. Al cambiar nuestro punto de vista sobre las situaciones, podemos comenzar a identificar las oportunidades que existen.

3. Aprende de lo ocurrido

Todas las experiencias de la vida, positivas o negativas, pueden dejarnos algún aprendizaje para el futuro. Por ejemplo, hay personas que tras perder a un ser querido, aprenden a valorar más su tiempo y el de los demás. O existen personas que después de perder un empleo, se dan cuenta de que la experiencia que ganaron puede servir para otras cosas. Si reflexionamos sobre lo que nos sucedió, es posible identificar alguna lección importante que nos ayudará a seguir adelante.

4. Recupera tu fuerza

Es muy probable que antes de este momento de crisis, ya hayas atravesado por otras situaciones que también fueron difíciles. Si estás aquí se debe a que encontraste la forma de avanzar, a pesar de que fue muy duro. Intenta pensar en lo que te ayudó a superar esa situación complicada y podrás conectarte con tu fortaleza interior.

5. Reconstruye

Según Navarro, la reconstrucción es un proceso que toma tiempo, no ocurre de la noche a la mañana. Cada una de las piezas deben unirse con cuidado, de modo que pueda adquirir una nueva forma, mucho más resistente. Este paso del Kintsukuroi se trata de expresar todo tu dolor de una forma saludable con el objetivo de procesarlo.

6. Admira las cicatrices

Las heridas que sanan suelen dejar cicatrices, incluso si son emocionales. Sin embargo, en lugar de avergonzarte de tus cicatrices, debes apreciarlas como un recordatorio de superación. Así como el barniz de oro les da belleza a las piezas y las hace más fuerte, tus cicatrices son un símbolo de resiliencia. Por ende, no debes esconderlas, al contrario, compartirlas con los demás puede resultar inspirador.

Por otro lado, el autor nos habla de la importancia de buscar pequeñas alegrías, en vez de perseguir la felicidad. Recordemos que la felicidad es un sentimiento fugaz, si fuera eterno, nos quedaríamos estancados en un solo sitio. Debido a eso, lo mejor es encontrar pequeños motivos para sentirnos alegres todos los días.

Para finalizar, es importante que recuerdes que pedir ayuda no es sinónimo de debilidad. El Kintsukuroi no nos dice que debemos hacer todo el proceso de sanación por nuestra cuenta. A veces, los vínculos con otras personas pueden ayudarnos a hacer más tolerable el dolor y avanzar hacia el futuro.

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