La midorexia: obsesión por la eterna juventud

La midorexia consiste en la falta de aceptación de la edad y la obsesión por lucir eternamente joven.

Cada día existe un deseo imperioso de permanecer lo más lejos posible de la vejez, sin tomar en cuenta que el envejecimiento es un proceso inherente a la vida misma. Quienes sufren de midorexia luchan contra el paso del tiempo y procuran detener los signos de la senectud.

Este comportamiento pudiese estar relacionado con un rechazo interno a la idea de que el ser humano es mortal, así que “ser joven” se convierte en un valor al cual muchos aspiran. Por supuesto, esto también se alimenta del hecho de que cada vez la esperanza de vida se alarga.

La midorexia, un mal de nuestro tiempo

El término midorexia apareció por primera vez en el año 2016, cuando en un artículo del diario The Telegraph, se hacía referencia a la dificultad que experimentaban algunas personas para aceptar su edad. Desde entonces, este fenómeno ganó visibilidad. Aunque puede no ser novedoso, pues, desde los inicios de la humanidad el hombre siempre ha buscado la inmortalidad, ahora, con el auge de las redes sociales, es mucho más difícil para algunas personas aceptar que están envejeciendo, ya que las redes ayudan a mostrar imágenes idealizadas de personas cercanas.

Detrás de la midorexia se esconde un factor psicológico, en tanto que está presente la idealización del cuerpo, así como también hay factores que son sociológicos, debido a que las sociedades imponen un ideal por cada época.

De acuerdo con la autora Paula Ponchitesta, en su estudio sobre las emociones en el envejecimiento y el miedo ante la muerte, la sociedad moderna se caracteriza por promover el hedonismo, el narcicismo y el desapego.

De modo que, en contraposición con la otrora sociedad ética, en la sociedad de ahora predominaría la estética, desde la cual se intenta negar la muerte, persistiendo una fantasía de inmortalidad alimentada por los desarrollos científicos y uno de los sentimientos al envejecimiento es el temor a la muerte propia.

Quienes padecen midorexia buscan la fuente para lucir siempre jóvenes, por lo que son recurrentes las cirugías estéticas, las cremas anti-edad, la ropa juvenil y todo aquello que ayude a aparentar menos edad y mantenerse dentro del grupo juvenil. Aunque por ahora no se ha señalado que la midorexia sea un trastorno, sí se considera que tras ella hay un factor egocéntrico.

Es por ello que hay quienes sí consideran que se trata de un trastorno de la personalidad, aunque no esté estipulado en ningún manual hasta el momento; pero, a nivel cognitivo, la persona con midorexia tiene un pensamiento sobre su edad que está distorsionado y por ello, muchas veces, no ve inadecuado mantener relaciones de pareja con otras personas que sean mucho más jóvenes, incluso si no tienen muchas afinidades.

A nivel social esto también se refleja, pues, quizá la persona afectada tenga dificultades con la pareja o con los hijos, sobre todo porque para estos últimos no siempre resulta agradable ver cómo su padre o su madre demuestran un comportamiento similar al de otro adolescente. Sin embargo, el período de vida se ha alargado y las personas de 65 años todavía pueden ser bastante productivas, así que a los 45 o 50 se sienten jóvenes, además del temor que subyace a tener pensamientos relacionados con la vejez, el duelo y la muerte.

Es común el temor a pensar en la muerte, sobre todo en la propia, por lo que la vejez parece ser un recordatorio de la caducidad de la vida, así que, en el intento por olvidar este ineludible final, muchas personas reaccionan rechazando ese proceso de envejecimiento, cuando lo cierto es que cada día todos los seres humanos envejecemos un poco.

Mantener el equilibrio

Llevar un estilo de vida saludable no está mal, al contrario, son muchos los especialistas que recomiendan ejercitarse, alimentarse bien, realizar ejercicios de gimnasia cerebral, entre otras tareas que ayudan a sentir bienestar.

Pero, adoptar un estilo saludable para vivir dista del temor a envejecer. Es por ello que a la midorexia también la han asociado con el síndrome de Peter Pan, en el que las personas se niegan a aceptar su edad y sienten miedo de aceptar los roles que deben asumir acorde a su tiempo, lo cual termina por afectar las relaciones con los demás y el propio desarrollo personal.

Es recomendable que, cuando una persona sienta mucho temor al envejecimiento, acuda con un especialista de la salud mental para que, con apoyo de la terapia conductual, se aborde cualquier creencia errónea o distorsión que esté presente y asuma su edad con las responsabilidades que cada etapa implica.

El objetivo es evitar el comportamiento obsesivo que condiciona a la persona y que le lleva a encaminar toda su rutina y comportamiento hacia ese deseo de verse eternamente joven, puesto que ello causa deterioro en la esfera social, laboral, familiar e inclusive en la misma salud, en algunos casos.