Las claves de la felicidad según Dan Gilbert: matrimonio, dinero y ¿niños?

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Daniel Gilbert, profesor e investigador de psicología en la Universidad de Harvard y autor del superventas «Tropezar con la felicidad», lleva tiempo investigando para dar con la verdadera receta de la felicidad, y su conclusión ha sido, según sus propias palabras: “seguir los consejos de nuestra madre”.

La gran mayoría de las madres aconsejan a sus hijos estudiar para lograr un buen trabajo y formar una familia, y la verdad es que este sencillo consejo parece ser la clave de la felicidad. Según Dan Gilbert «Las personas casadas son más felices que las solteras. Son más saludables, viven más tiempo y tienen más sexo».

Según Gilbert la calidad de un matrimonio está, como era de esperar, estrechamente relacionado con nuestro nivel de felicidad general. Y es que al parecer, el matrimonio «te hace más feliz durante un período que ronda entre los 8 a los 15 años», por lo que vale la pena la «inversión». Pero no es un secreto que los niveles de felicidad pueden disminuir claramente con el tiempo. Por supuesto, “permanecer en un mal matrimonio hace infeliz a la gente” dice, pero las personas con matrimonios malos “consiguen ser mucho más felices después del divorcio”.

Dinero y felicidad

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Gilbert también habla del dinero como fuente indiscutible de felicidad, aunque según él la gente normalmente niega una conexión directa entre el dinero y la felicidad.

Hace tiempo llevó a cabo una investigación informal en Boston, preguntando a la gente si el dinero puede comprar la felicidad. Casi todos ellos respondieron que las cosas importantes de la vida son gratis.

Pero al parecer esto no es del todo cierto. Gilbert afirma que el dinero sí compra la felicidad, según sus propias palabras: «Un poco dinero puede comprar un montón de felicidad, aunque una gran cantidad de dinero compra sólo un poco más de felicidad.»

La interacción entre el dinero y la felicidad está sujeta a un determinado rendimiento, y al parecer éste es de 60.000€. Según unos estudios realizados en EEUU, apenas existen diferencias en niveles de felicidad entre ganar 60.000€ o 100 millones.

La razón es que las cuatro actividades que nos proporcionan mayor nivel de felicidad sí son gratis: hablar con otras personas, hacer ejercicio, escuchar música y practicar sexo.

Con una cifra que ronda los 60.000€ nos sentimos muy tranquilos en cuanto al mantenimiento económico personal y familiar, y además nos sobra para otros “caprichos”, lo cual nos ofrece toda la felicidad deseada por la mayoría.

Pero al parecer, a partir de esta cifra el incremento de la felicidad es mucho más insignificante.

Gilbert afirma que las personas con mayores ingresos por lo general no gastan su dinero en las cosas “correctas”. Por ejemplo, el tiempo y dinero que invierten en reposo, sencillamente no genera felicidad. «Las personas son más felices cuando se dedican a tareas en las que interviene la mente», ya sea hablar, crear, o tener relaciones sexuales (otro punto para el matrimonio). «La gente está [también] más feliz cuando dan dinero en vez de gastarlo en sí mismos.» Por otro lado, los estudios muestran que tener experiencias es mejor y mucho más placentero que tener cosas materiales.

Los hijos y la felicidad

Finalmente Gilbert pone en tela de juicio la felicidad de las personas que tienen hijos, último ingrediente según nuestras madres para la felicidad. Mientras que las personas pueden referirse a ellos como lo mejor que les ha ocurrido nunca, según él «no son una verdadera fuente de felicidad”.

Y continúa: «Una vez que la gente tiene niños, hay una desaceleración de la felicidad«, que no se invierte hasta que los niños se marchan del hogar. «El único síntoma positivo del síndrome del nido vacío», dice Gilbert.

Entonces, ¿por qué las personas hablan tan felizmente de sus hijos? Gilbert comparó tener hijos a ver un partido de béisbol en el que gana tu equipo favorito. «Uno siempre va a recordar el mágico final, pero se olvida de lo que ha costado llegar hasta allí”.

«Por supuesto, amamos a nuestros hijos», dice Gilbert. «Nunca he dicho que no debamos tener hijos», pero los datos científicos están allí y son difíciles de refutar. De forma que el consejo de mamá sobre los niños, al parecer deja algo que desear.

Por último, añadir que somos, sin ninguna duda, el animal más social que existe, por lo que no sorprende que la mayor parte de nuestra felicidad proceda de la interacción con nuestros iguales.

Según palabras de Gilbert: “Si me dijeran que permaneciera a la pata coja diciendo qué nos hace felices en la vida, solo diría “otras personas” antes de caerme al suelo.

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