Planificar el día a día en confinamiento
Planificar el día a día normalmente no suele ser algo complicado, pero cuando disponemos de todo el tiempo del mundo, puede resultar algo más costoso. En días de confinamiento, aquellas personas que no tengan que trabajar, pueden sorprenderse a sí mismas pasando la mayor parte del tiempo del sofá a la nevera y de la nevera al sofá. De esta forma, a parte de adquirir hábitos poco saludables, podemos descontrolar nuestros ritmos. Por ello, es importante tener una buena planificación. Pero, ¿cómo llevarla a cabo? ¡Comencemos!
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¿Por qué planificar el día a día?
Antes de comenzar de lleno a planificar el día a día, es importante saber qué aspectos de nuestra vida nos sirven para organizarnos. A nivel general, solemos orientarnos por nuestros compromisos laborales y sociales. Por ejemplo, trabajamos de ocho de la mañana a tres de la tarde, y después podemos hacer deporte, pasear, ir de compras o pasar un rato con los amigos o familiares en un bar. De esta forma, tenemos una agenda más o menos estructurada que sirve para orientarnos a lo largo de toda la semana. Pero, ¿qué ocurre cuando se paran todos nuestros planes?
Al estar confinados, nuestra agenda social y laboral puede verse afectada. Algunas personas siguen trabajando, pero después han de volver a casa, por lo que el aspecto social también se reduce. Por otro lado, existe otro sector que puede ejercer el teletrabajo, es decir, trabajar desde casa. Y en último caso, están aquellos que no tienen que acudir a sus puestos de trabajo ni pueden teletrabajar, por lo que en su confinamiento disponen de mucho tiempo. Ahora la pregunta es saber cómo organizar ese tiempo y la razón por la que debemos organizarlo.
En primer lugar, es importante tener una agenda más o menos estructurada, ya que de esta forma nos costará menos volver a la normalidad cuando pase el estado de confinamiento. En segundo lugar, si estructuramos nuestro día a día, nuestros ritmos internos (cronotipos) se verán menos afectados. Este punto es de gran importancia ya que es fácil caer romper nuestro ritmo de sueño y comidas y ver cómo afecta en nuestro descanso y alimentación. Y en tercer lugar, aprovecharemos el tiempo de la mejor manera, ya que podemos aprovechar para hacer un poco de todo: estudiar, leer, hacer ejercicio, un rato de ocio…
Cómo planificar el día a día
Para los que trabajan
Un cierto número de personas sigue en sus puestos de trabajo: sanitarios, transportistas, personal de supermercados, cuerpos de seguridad, policías, etc. En este caso, parte de su día a día sigue estando estructurado, pero después del trabajo han de estar en casa. En este caso es importante seguir manteniendo relaciones sociales con familiares y amigos a través de las tecnologías. Sí es cierto, que en el puesto de trabajo su vida social puede verse favorecida. Por otro lado, es importante que intenten mantener su ritmo de sueño dentro de la normalidad.
Para los que teletrabajan y/o estudian
Los que pueden optar por el teletrabajo han de ir con especial cuidado con no caer en la trampa de estar delante del ordenador la mayor parte del tiempo. Sin darnos cuenta, podemos pasar hasta catorce horas delante de la pantalla sin percatarnos de ello. De este modo, mermaremos nuestras relaciones sociales y nuestro ejercicio físico. Por ello, es de vital importancia establecer un horario de trabajo. Una de las consecuencias de trabajar desde casa es la inactividad y el sedentarismo, por lo que será importante animarnos a realizar algo de ejercicio físico.
Este tipo de recomendaciones también sirve para aquellos que estudian y han visto interrumpido el curso. La importancia del horario es fundamental para descansar la mente y estar fresco cada vez que nos pongamos a estudiar. Del mismo modo no se debe olvidar el ejercicio físico y tomar el aire (en la ventana, terraza o jardín propios). En los casos en que se estudie y se teletrabaje, entonces habrá que organizarse aún con más precisión, puesto que sin darnos cuenta podemos ocupar todo nuestro tiempo delante del ordenador.
En estos casos, será importante destinar un tiempo al estudio y otro al trabajo. El descanso y el ejercicio físico cobran importancia para evitar el sedentarismo y la sobresaturación. Por otro lado, y si es posible, lo ideal sería destinar una habitación sólo al estudio y/o al trabajo, ya que de esta forma podremos desconectar mejor. Si no es posible, cuando acabemos nuestro horario, lo mejor será apagar el ordenador y realizar otro tipo de actividades.
Para aquellos sin compromisos
Para aquellos que no deben ir a trabajar, ni tienen posibilidad de teletrabajar, ni tampoco están estudiando, es recomendable estructurar un poquito más el día a día. Al no tener responsabilidades más allá que cocinar para alimentarse, hacer la compra y limpiar la casa limpia, es muy fácil caer en la inactividad y el sedentarismo. De este modo, será importante empezar por tener un buen horario de sueño. Acostarnos cada día a una hora diferente puede repercutir negativamente en nuestro cronotipo. De esta forma, también nos levantaremos a horas diferentes, desayunaremos a horas diferentes y posiblemente comeremos a deshoras.
Al no tener responsabilidades laborales o académicas, es aconsejable buscar algún tipo de actividad con el que podamos pasar un buen rato, por ejemplo: aprender un idioma, aprender a cocinar, empezar a meditar, etc. También será importante el aspecto social, hablar con amigos y familiares. Así pues, organizar un calendario de actividades será de gran utilizar durante el confinamiento. Sin embargo, es importante recordar la importancia de no sobresaturarnos y descansar. Aprender a estar sin hacer nada también es importante para descansar la mente y el cuerpo.