Sesgo de Personalización: cuando creemos que todo gira entorno a nosotros
Las distorsiones cognitivas son patrones de pensamiento que pueden causar emociones negativas innecesarias e interpretaciones incorrectas de la realidad. Son pensamientos automáticos que surgen en nuestra mente sin que seamos plenamente conscientes y que, si no se abordan, pueden tener un impacto negativo en nuestra vida cotidiana y nuestra salud mental, como es el caso de la personalización.
Es crucial comprender y reconocer las distorsiones cognitivas, como es el caso de la personalización, porque pueden afectar nuestra percepción de la realidad, nuestras decisiones y nuestras emociones. Las distorsiones cognitivas pueden contribuir además negativamente a la salud mental con problemas como la ansiedad y la depresión si no se tratan.
Contenido
¿Qué es la personalización?
La personalización es un sesgo cognitivo en el que una persona interpreta las acciones y conductas de los demás como una reacción directa hacia sí misma, a menudo de manera negativa, lo que puede llevar a malentendidos y percepciones distorsionadas de la realidad social. Por ejemplo, si alguien te ignora en una reunión, puedes pensar que lo hizo porque no le caes bien o te odia. Esta distorsión cognitiva puede causar una baja autoestima y una sensación de falta de control sobre la vida.
Asumir la responsabilidad de acontecimientos externos que son incontrolables para nosotros es una distorsión cognitiva conocida como personalización
En otras palabras, es cuando algo sucede (a nosotros o a personas cercanas) y creemos que tiene que ver con nosotros sin pruebas que lo respalden; una persona puede sentirse el centro de las circunstancias que están ocurriendo y estar molesta o frustrada por eso, aunque no sea cierto ni tenga razones objetivas.
Antes de nada, hemos de tener en cuenta cuándo estamos ante una personalización y cuándo no, ya que es muy fácil, aunque equivocado, autodiagnosticarse con pequeños conocimientos. Entonces, no estamos ante esta distorsión cognitiva cuando:
- Alguien reconoce que desea dañarme.
- Tengo grabaciones de audio, videos o fotos hechas para dañarme.
- Aunque no tenga esa intención, realmente hago cosas que dañen a otros.
Sí que se trata de personalización cuando:
- Pienso que alguna persona quiere hacerme daño porque lo presiento, pero no tengo pruebas, o estaba próximo cuando algún acontecimiento negativo sucedió.
- Asumo que el mundo está en mi contra porque tengo un mal día.
- A pesar de haber hecho todo lo posible para ayudar a las personas cercanas y no haber hecho nada para perjudicarlas, me siento culpable.
Personalizar todo lo que ocurre a nuestro alrededor, cada crítica y opinión, y asumir la responsabilidad por hechos negativos cuando no hay razón para ello, nos lleva a la culpa. Incluso sin ser responsables, debemos decidir si lo ocurrido se debe a nuestra culpa o a nuestra incapacidad y, por ende, tendremos pensamientos negativos.
Características del sesgo de personalización
- Atribución interna: Las personas tienden a creer que las acciones o reacciones de los demás están directamente relacionadas con ellas mismas, en lugar de considerar factores externos o contextuales.
- Sensibilidad aumentada: La persona afectada por este sesgo es extremadamente sensible a las señales sociales y puede interpretar gestos, miradas o comentarios de manera personal y negativa.
- Pensamiento egocéntrico: Este sesgo refleja una forma de pensamiento egocéntrico donde se asume que uno es el centro de la atención y que las acciones de los demás están motivadas por la propia presencia o conducta.
Tipos de personalización
Hay dos tipos de personalización comunes, aunque a veces puede suceder una mezcla de ambas:
«Todo es mi culpa y mi responsabilidad»
Las personas responsables de todo tienen un alto locus de control interno, lo que significa que creen que todo a su alrededor tiene que ver con ellas. Se sienten responsables del bienestar, los logros y la estabilidad de los demás, por lo que se desgastan tratando de arreglar todo, pero al final no pueden hacerlo, se frustren y se critican mucho a sí mismos (y a los demás, ya que al frustrarse, se molestan con los demás por no poder estar solos, cuando los demás en realidad viven sus propias vidas independientemente de la persona que personaliza).
Las emociones principales de estas personas incluyen culpa, porque si los demás no triunfan es su culpa, soberbia, porque consideran los logros de los demás como sus propios, y frustración, porque no puede solucionar todo lo que está sucediendo a su alrededor.
La víctima
Las personas con este tipo de personalización creen que los demás los quieren lastimar, dañar o molestar, y sienten la necesidad de cuidarse de todo porque siempre están en peligro de ser dañados. También pueden pensar que tienen mala suerte.
Esta idea está relacionada directamente (pero no exclusivamente) con la depresión porque corresponde a un locus de control externo intenso, que puede hacerles sentir que no pueden cambiar nada o ser felices porque siempre habrá algo o alguien esperando para arruinarle la vida.
Las emociones que sienten estas personas incluyen la impotencia, que ocurre cuando creen que no pueden cambiar las cosas; el enfado, que ocurre cuando se sienten atacados; y la paranoia, que ocurre cuando creen que deben estar siempre alerta.