Teorías y errores de atribución: ¿a quién echamos la culpa?

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Una atribución es una actividad cognitiva que implica dar una explicación causal a un comportamiento observado.

Es una explicación del “porqué” esa persona ha efectuado ese comportamiento determinado. Es un proceso muy individual y circunstancial (del estado del observador, de las características de la situación, de la relación con el que ha realizado el comportamiento…). Cuando hacemos atribuciones de nuestro comportamiento, hablamos de autoatribución.

La atribución es un proceso muy rápido y es la actividad cognitiva que más efectuamos a lo largo del día (es muy compleja). Además nos comportamos en función de la atribución o explicación hecha.

Atribuir significa que la persona A explica porque B hace determinado comportamiento y A se comportará en función de la atribución hecha. La explicación dada por A puede no ser el motivo que impulsó a B a ejecutar el comportamiento.

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Teoría del análisis ingenuo de la acción

Heideren los años 50, trabajaba con el “sentido común”, definido como un pensamiento colectivo de aquello que parece obvio. Encontró que en este pensamiento, uno de los ejes eran las explicaciones causales, las atribuciones.

Definió dos tipos de atribuciones:

  • Atribuciones Internas: La causa del comportamiento está en el propio individuo. Pueden denominarse también factores disposicionales o personales.
  • Atribuciones Externas: La causa se encuentra fuera del individuo, en el entorno. Pueden denominarse también factores ambientales o del entorno.

En las relaciones sociales, los comportamientos también están determinados por la atribución hecha.

Por ejemplo: Ante un niño que se olvida de hacer los deberes, su madre puede explicar:

  • Mi hijo es muy despistado: Interna
  • En la escuela no le dicen que debe apuntarlos: Externa

Siempre hemos de tener en cuenta que la atribución puede ser errónea y han de contrastarse las atribuciones hechas. En el ámbito profesional, con la propia persona, mediante test… En el ámbito personal, puede ocasionar males interpretaciones y deteriorarse las relaciones.

Elementos informativos que utilizamos para decidir si es interna o externa:

  1. Si pensamos que la persona tiene la capacidad de hacer y evitar ese comportamiento
  2. Si creemos tiene los motivos (la intención) de querer hacerlo

En el caso que las respuestas a las dos preguntas fuesen sí, haríamos una atribución interna.

Si la atención la centramos en el azar, o en la dificultad de la situación o en la oportunidad de la atribución, tenderemos a hacerla externa.

Por ejemplo: Una persona nos da un empujón en el autobús, la atribución sería externa, porque iba muy lleno y ha dado un frenazo inesperado. Si pensamos que la persona podía haberse cogido más fuerte a la barra o iba despistado (capacidad) y el empujón ha sido desproporcionado al frenazo (intención) entonces será interna.

Podemos percibir todos los factores de la situación, pero nos centramos en unos y no en otros.

No hacer atribuciones es imposible, porque es una función adaptativa.

En el campo profesional, contrastar las atribuciones permite sistematizar el trabajo y tener una buena base de datos (formada a partir de las diferentes opciones que has ido recogiendo, con lo cual posees muchas posibles causas de comportamiento que sin contrastación, quizás no se te hubiesen ocurrido). Para que la intervención profesional sea efectiva, además de nuestras atribuciones, debemos tener en cuenta las que hace el usuario.

Teoría de la inferencia correspondiente

Esta teoría fue formulada por Johns y Davis. En esta teoría se estudia la atribución interna, y todo comportamiento que no encaje en esta descripción, será considerada como  atribución externa.

Los autores  proponen que cuando observamos un comportamiento, también observamos las consecuencias de ese comportamiento. Una acción puede tener muchas consecuencias o efectos.

En la atribución, se selecciona una parte de la información. Cuando observamos a las personas, además suponemos o inferimos que la persona sabe las consecuencias de aquella acción y que además tiene la capacidad para realizarla o evitarla, suponemos que esa persona tiene la intención de provocar aquellos efectos. A partir de aquí, los autores dicen que inferimos como es la persona, cuáles son sus disposiciones internas, cuáles son sus características de personalidad. Johns y Davis dicen que cualquier comportamiento que no pueda explicarse bajo el siguiente esquema, es una atribución externa.

Por ejemplo: Observamos que una persona tira una piedra (acción) y lesiona a otra persona (efecto). Sabemos que tiene la capacidad para tirarla y sabe que hará daño, por tanto tenía la intención de hacer daño y, consecuentemente inferimos que “es una persona mala” “es agresiva” (es en este momento que damos la responsabilidad a la persona).

Teoría de la covarianza

Formulada por Kelley en 1967, consiste en relacionar a la vez, distintas variables y ver como se mueven o modifican sus valores.

Para Kelley, cuando hacemos una atribución, hacemos una covarianza, relacionamos 3 criterios:

  1. Consenso
  2. Constancia
  3. Distintividad

Para explicarlos, usaremos un ejemplo: María (conocida nuestra) nos felicita por una comunicación que hemos presentado en un congreso.

La atribución interna de María: tiene una predilección especial por nosotras

La externa: la exposición hecha es buena

  1. Consenso

Hay una cierta unanimidad en el comportamiento, o sea, lo realizan más personas.

Ejemplo: Consenso alto: hay más personas que nos felicitan. Consenso bajo: nos felicita muy poca gente o nadie.

  1. Constancia

Se refiere si la persona a la que atribuimos ese comportamiento, realiza de forma frecuente ese mismo comportamiento.

Ejemplo: Constancia alta: María acostumbra a felicitar a la gente. Constancia baja: María no acostumbra a felicitar.

  1. Distintividad

Hablamos de distintividad alta, cuando el estímulo actual es el que ha provocado ese comportamiento.

Hablamos de distintividad baja, cuando este comportamiento no se distingue (no existen diferencias) en función del estímulo.

Ejemplo: Alta: María nos ha visto hacer muchas exposiciones y es la primera vez que nos felicita. Baja: María suele felicitarnos.

En función del valor de cada uno de los criterios, determinamos si la atribución es interna o externa.

Ejemplos:

  • 1=alto 2=baja  3=alta: la atribución es externa, o sea, significa que la exposición ha sido buena, no que María tiene predilección por nosotras.
  • 1=bajo 2=alta 3=baja: la atribución es interna (tiene predilección por nosotras).
  • 1=bajo 2=baja 3=baja: esta podría ser tanto interna como externa (porque parece que 2=baja y 3=baja se esté contradiciendo) entonces la atribución que hacemos, escogeremos la que más nos interese interna o externa.
  • 1= alto 2=baja 3=baja: también podría ser tanto interna como externa, pero tenderemos a escoger la externa  porque el consenso es alto, ha gustado a mucha gente y nos quedamos con este criterio y no tenemos en cuenta los otros dos.

Modelo explicativo de la atribución

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La teoría de Weiner de 1988 es la más actual y la que más se utiliza.

Weiner parte de la atribución interna y externa y les llama:

  1. Internalidad y externalidad (siguiendo la misma idea que en la primera teoría) pero añade que no es la única dimensión, sino que existen dos más:
  2. Controlabilidad y no controlabilidad (locus de control). En el primer polo, percibimos que la persona puede controlar la causa de la conducta (controlabilidad); en la no controlabilidad, la causa de la conducta se escapa a su control.
  3. Estabilidad e inestabilidad. En el primer polo percibimos que la causa perdura en el tiempo (estabilidad); en la inestabilidad, la causa es puntual, casi por azar.

 En cada situación escogemos un polo en cada una de las tres dimensiones, nunca los dos, son excluyentes.

Ejemplo: En una situación de fracaso escolar, un alumno explica la causa de su fracaso de (autoatribución), de la siguiente forma:

Internalidad / no controlabilidad / estabilidad

Lo explicaría de la siguiente manera: tengo dificultades para aprender las matemáticas, y no me veo capaz de aprobarlas.

Conocer esta atribución, nos permitiría a nivel profesional,  empezar incidiendo en el control.

Cuando se modifica una, a la larga se modifican las otras.

Si fuese el profesor el que explicase la conducta del alumno como: tiene dificultades para aprender y no le veo capaz de aprobarlas, podría tender a considerar al niño como un caso difícil. 

Errores o sesgos a la atribución

Las investigaciones sobre atribución, están trabajando en cuáles son las tendencias habituales ante la atribución.

  1. Error fundamental de la atribución. Cuando observamos el comportamiento de otros, tendemos con mayor facilidad, tendemos a hacer atribuciones internas a dicho comportamiento más que externas. El motivo es que unos de los valores sociales más importantes es la autonomía, la libertad, la capacidad para tomar decisiones, y valoramos mal que alguien “se deje llevar por el entorno”, por eso la atribución que hacemos es interna.
  1. Error del actor/observador. Cuando somos actores, tendemos a hacer atribuciones en términos de factores externos o ambientales; mientras que sin somos observadores tendemos a hacer atribuciones disposicionales o internas. Por ejemplo, en una pelea de pareja, si observamos su comportamiento desde fuera, tendemos a realizar atribuciones internas a su forma de actuar(error fundamental de atribución) y si somos nosotros los que nos peleamos, la hacemos externa.
  1. Error ante las autoatribuciones (self-serving): nos dice que con mayor frecuencia si el comportamiento que hemos llevado a cabo ha sido un error, realizamos una atribución externa del porqué de dicho comportamiento equivocado, pero si ha sido un acierto, lo atribuimos a un logro interno.
  1. Ego-defensivo. Es la tendencia a realizar atribuciones internas, cuando observamos un comportamiento que tiene consecuencias muy graves, ya sea para la persona como para otros.

Por ejemplo: Presenciamos un accidente de tráfico y hacemos atribución interna (iba muy rápido) para protegernos o defendernos que nos pueda pasar a nosotros. Si la atribución fuese externa, también nos podría pasar a nosotros.

La excepción en esta atribución está en el caso que la causa sea muy claramente externa (mucha niebla, carretera en mal estado, curva muy cerrada y peligrosa…).

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