Thich Naht Hanh: 8 enseñanzas
Thich Naht Hanh nació el 11 de octubre de 1926 en Vietman. Es uno de los maestros budistas zen más reconocidos del mundo. Lleva más de setenta años impartiendo enseñanzas budistas y de atención plena. En el año 1967 fue nominado al Premio Nobel de la Paz. Vivió en Francia como refugiado político desde 1972, donde fundó, entre otros centros, la comunidad budista Plum Village en 1982. En 2014 sufrió un derrame cerebral, lo que le ocasionó diferentes lesiones neurológicas y a los 92 años decidió volver a su tierra natal a pasar sus últimos años de vida.
En este artículo se van a repasar ocho pequeñas enseñanzas del maestro a través de las cuales reflexionaremos sobre aspectos como el amor, la atención plena y los errores. En primer lugar leeremos sus frases y después se explicará con un poco más de detalle lo que Thich Naht Hanh nos quiere decir.
Contenido
La mesa
«Cuando pensamos en una mesa, vemos la imagen de esa mesa en nuestra mente. Pero debemos recordar que eso es nuestro concepto, no la cosa en sí misma. Es solo nuestra percepción que puede ser, de hecho, muy diferente de la mesa. Una termita puede percibir la mesa como un banquete y un físico puede percibirla como una masa de partículas moviéndose rápidamente».
Con esta enseñanza, el maestro Thich Naht Hanh nos hace partícipes del hecho de que todo depende de nuestro punto de vista. Un punto de vista condicionado por conceptos. Una mesa la podemos usar para comer, pero también para estudiar, para sentarnos y cuando está muy vieja y deteriorada, incluso como leña para la chimenea. Los conceptos los creamos nosotros y cuánto más nos aferremos a ese concepto mental, menos libertad tendremos.
Imagen mental
«Es muy fácil confundir nuestra imagen mental de alguna cosa con su realidad. El proceso de confundir nuestras percepciones con la realidad es tan sutil que resulta muy difícil saber lo que sucede. Practicar la plena consciencia nos permite evitar esta confusión».
Esta enseñanza nos invita a reflexionar sobre la creencia acerca de los fenómenos. Se trata de poner en duda todo aquello que sabemos y damos por hecho. ¿Por qué pienso lo que pienso? ¿Por qué tengo un pensamiento sobre algo y no otro? Por ejemplo, si pensamos que alguien es mala persona porque en nuestra familia nos han hablado mal de ese alguien, creeremos que, en efecto, es mala persona. Sin embargo, quizá un día conozcamos a esa persona y se convierta en nuestro amigo. Podemos descubrir que no es mala persona, sino que a nuestro entorno no le caía bien. Habremos sido testigos que hemos confundido nuestras percepciones con la realidad.
Plena consciencia
«La plena consciencia o mindfulness es la capacidad de estar atentos. Es una atención desprovista de juicios sobre cualquier cosa que esté pasando dentro de nosotros y al rededor de nosotros. Nos ayuda a estar totalmente presentes en el aquí y el ahora, que es la base de la felicidad. Mediante la consciencia plena podemos disfrutar el momento presente, que es el único momento de la vida del que disponemos».
A través de la plena consciencia podemos atender al momento presente sin juicio. En muchas ocasiones nos lamentamos con afirmaciones como: «no puedo parar de pensar», «mi cabeza va a estallar de tanto darle vueltas a las cosas», «no sé ni en qué día vivo»… Estos pensamientos suelen estar centrados en preocupaciones del pasado y del futuro. Por eso, a través de la plena consciencia en el presente, podemos entrenar a la mente para que permanezca en el momento actual. De esta forma, tendremos más control sobre ella y el remolino de pensamientos agobiantes cesará en gran medida.
Relaciones y amor
«Al principio de una relación, tu amor incluye solo a la otra persona y a ti. Pero si practicas el verdadero amor, muy pronto ese amor crecerá y nos incluirá a todos nosotros. En el momento en que el amor deja de crecer, empieza a morir«.
Thich Naht Hanh nos habla sobre que muchas relaciones de pareja, sobre todo al comienzo, asfixian el amor. Según el budismo, el amor es la aspiración de que todos los seres sean felices y tengan las causas de la felicidad. Además, cuanto más deseemos la felicidad de los demás, más felices seremos, ya que según el budismo, el amor es lo único que crece cuando se practica. Por ello, si cuando estamos en una relación solo centramos ese amor en una persona, a pesar de estar radiantes de una supuesta felicidad, comenzaremos a olvidar a otros seres.
Es importante aclarar que el amor puede ser ayudar a alguien, dedicar una sonrisa, apoyar a un amigo en un momento triste… Sin embargo, en muchas relaciones, cuando ayudamos a otras personas, nuestra pareja puede sentir que la queremos menos y nos lo hace saber. Es en ese momento, cuando el amor empieza a destruirse.
Amor verdadero
«Si una relación no puede darte alegría, entonces no es amor verdadero. Si haces llorar a la otra persona todo el día, eso no es amor verdadero. Tienes que ofrecerle solamente las cosas que puedan hacerla feliz. Tienes que conocer las verdaderas necesidades de esa persona».
Si estás en una relación que en lugar de sumar, resta, ¿qué clase de relación es esa? Si en lugar de darle alegría, te aporta sufrimiento, ¿qué clase de relación es? El amor auténtico busca la felicidad de otra persona y en momentos puntuales puede hacer llorar, por ejemplo, cuando debe escuchar algo que no quiere escuchar. Imaginemos alguien con una adicción al alcohol y le quitamos toda la bebida de la casa. Posiblemente lo veamos sufrir porque no tiene su dosis de alcohol, pero sabemos que estamos actuando para que, a largo plazo, sea feliz.
Errores
«Como somos seres humanos, cometemos errores. Causamos sufrimiento a otros. Herimos a los que amamos y nos arrepentimos. Pero si no cometiéramos errores, no podríamos aprender. Si puedes aprender de tus errores, entonces ya has transformado la basura en flores«.
Si somos capaces de convertir nuestros errores en aprendizajes, somos capaces de convertir la basura en flores. Thich Naht Hanh nos muestra que no sirve de nada lamentarse cuando cometemos un error, sino que la actitud es observar el error y aprender de él.
Observa el sufrimiento
«Tratar de huir del sufrimiento no es una estrategia inteligente. Lo que debemos hacer es permanecer con él, mirarlo profundamente y usarlo bien. Mirando profundamente dentro de la naturaleza del sufrimiento, descubriremos el camino de la transformación y la sanación«.
Si tenemos un problema y huimos de él, lo único que hacemos es postergar su solución. Además, mientras alargamos la problemática, el malestar que genera nos consume. Thich Naht Hanh nos recomienda observar el sufrimiento y ver qué hay en él. De esta forma, podemos averiguar un camino que nos lleve a la transformación y la sanación ya que observamos aquello que realmente nos causa dolor y podremos curarlo.
La ignorancia
«Las raíces de la discriminación, el conflicto y la guerra no se encuentran fuera de nosotros. Están dentro de nuestra propia manera de pensar y de mirar el mundo. El enemigo real es nuestra ignorancia, nuestro apego a puntos de vista y a nuestras percepciones equivocadas«.
Thich Naht Hanh no habla sobre la ignorancia como la causa de la gran mayoría de los problemas. Una ignorancia que consiste, entre otras cosas, en darle la espalda al amor y la compasión y en mantener una actitud egoísta. Cuando solo miramos por nosotros mismos, olvidamos a los demás y de ahí pueden surgir muchos conflictos. Por ello, es importante saber que los demás también quieren ser felices, al igual que nosotros. De esta forma, nos percataremos que la discriminación, el conflicto y la guerra no es una cuestión externa, sino interna, algo que parte de nuestro punto de vista.