Síndrome de Wendy: la necesidad de complacer siempre a los demás
El conocido como síndrome de Wendy, si bien no llega a convertirse en un trastorno en toda regla, sí se puede delimitar un conjunto de actitudes y comportamientos que manifiesta la persona que lo padece. Todo este conjunto de actitudes se pueden resumir en un aspecto central que define y determina este síndrome: la imperiosa necesidad de agradar a las demás personas constantemente.
Los motivos son muy variados: el miedo al rechazo, la necesidad de sentirse aceptada y respaldada, la búsqueda de seguridad, etc. Pero sobre todo hay un motivo que destaca: el miedo al abandono.
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El Síndrome de Wendy
De forma resumida, las personas que muestras actitudes y comportamientos asociados al síndrome de Wendy sienten una necesidad imperiosa de búsqueda de seguridad que provoca que se comporten de forma servil con las demás personas.
Las personas son síndrome de Wendy tienen miedo al abandono.
Sienten la necesidad de agradar y de quedar bien con las demás personas, evitaran para ello todo tipo de posibles conflictos. Además, evitan expresar su opinión real y verdadera.
Guarda relación con un estilo de comunicación pasivo.
Sin duda, intentar agradar constantemente a las demás personas, provoca que las personas son el síndrome de Wendy paguen un precio muy alto, llegando a olvidar sus propias necesidades.
En la búsqueda de constante aprobación por parte de las demás personas, incluso de forma insistente, la persona no solo se agota sino que también se va consumiendo por dentro, llegando incluso a olvidarse de sí misma.
Actitudes asociadas
Las actitudes asociadas a las personas con el síndrome de Wendy son muy diversas, sin embargo, es posible señalar algunas muy destacadas:
- Necesitan sentirse imprescindibles en la vida de las demás personas.
- Asocian el amor al sacrificio y resignación.
- Evitan a toda costa que las personas que están a su alrededor se enfaden, siempre se adaptan a lo que las otras personas plantean y no llevan la contraria o manifiestan opiniones opuestas.
- Insisten en hacer las tareas en lugar de la otra persona, pues así de forma facilitan su vida y se convierten en imprescindibles.
- Continuamente necesitan pedir perdón y disculpas por todo aquello que no ha hecho o no ha sabido hacer aún cuando la responsabilidad, evidentemente, no es suya.
- Necesitan de forma imperiosa proteger a las personas que la rodean, asumiendo así una figura paternal o maternal.
¿Cuáles son los motivos?
El miedo al abandono y también el miedo al rechazo son dos de las causas principales que lleva estas personas a comportarse de forma muy complaciente, especialmente con su propia pareja, más allá de los límites considerados como racionales.
Es importante señalar que los comportamientos asociados al síndrome de Wendy no solo se evidencian con las propias parejas, sino que también pueden observarse en padres y madres para con los hijos y las hijas , entre hermanos y hermanas, o incluso en las relaciones de amistad y sociales.
«Todos los sacrificios por el bien de los demás podrían acabar siendo un sacrificio mucho mayor del que te has imaginado», (Richard y Rachael Heller)
¿Cómo evitar el síndrome de Wendy?
Es importante que las personas se acepten a sí mismas, y se quieran, así como dar un espacio para poder perdonar los propios errores. No se puede dar más de lo que se tiene, por ello es sumamente importante marcar límites en las relaciones con las demás personas y esto radica principalmente en el autoconocimiento.
En muchas ocasiones, es adecuado practicar el llamado egoísmo saludable, donde la persona antepone sus necesidades, las cuales ha descuidado durante un largo periodo de tiempo, y luego las de las demás personas. No cabe duda de que si se prioriza las necesidades de las demás personas, el estrés, con todos sus efectos adversos para la salud, se convertirá en el nuevo protagonista y esto debe ser evitable.
Este es el camino del autoconocimiento hacia un proceso que implica un cambio en la visión del mundo y también en la autoimagen